El movimiento islamista Hamás aceptó el lunes una propuesta presentada por los mediadores para un alto el fuego en la Franja de Gaza después de que Israel iniciara la evacuación de Rafah en vistas a la anunciada invasión de la ciudad.

La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, señaló que la propuesta queda “muy lejos de las exigencias” de su país, pero mandará una delegación “para agotar las posibilidades de alcanzar un acuerdo”.

Después del anuncio de Hamás, el ejército israelí lanzó intensos bombardeos sobre el este de la superpoblada Rafah, cuyos habitantes habían sido llamados a dejar la zona, según constató la AFP.

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Fuentes presenciales y de seguridad palestinas evocaron intensos ataques israelíes que, según el hospital kuwaití de la ciudad, dejaron “cinco mártires y varios heridos”.

Según Israel, la evacuación debe preparar el terreno para una operación terrestre contra esta ciudad en la punta sur de Gaza, a la que se oponen numerosos países, incluido Estados Unidos, el principal aliado del Estado hebreo.

Una invasión terrestre de Rafah sería intolerable por sus devastadoras consecuencias humanitarias y su impacto desestabilizador en la región”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.

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Las calles de esta ciudad habían sido horas antes escenario de celebraciones de júbilo, con cánticos de “Allahu Akbar” (“Dios es el más grande”) y disparos al aire, tras el anuncio de Hamás conforme aceptaba una propuesta de tregua.

Un alto cargo del movimiento islamista palestino, Jalil al-Hayya, dijo a la cadena Al Jazeera que la proposición contempla tres fases, cada una de una duración de 42 días.

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Esta incluiría una retirada israelí completa de la Franja de Gaza, el regreso de los desplazados y un canje de rehenes aún cautivos en el territorio por presos palestinos detenidos en Israel, con el objetivo de un “alto el fuego permanente”.

“La pelota está ahora en el tejado” de Israel, declaró bajo anonimato un responsable de este grupo, catalogado como terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

En la madrugada del martes, la cancillería catarí anunció el envío de una delegación a El Cairo para “relanzar las negociaciones indirectas (...) con la esperanza de llegar a un acuerdo para el alto el fuego inmediato y permanente”.

De su parte, Estados Unidos declaró que estaba “examinando” la respuesta de Hamás.

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Evacuación de Rafah

En la mañana, el ejército israelí había iniciado “una operación de alcance limitado para evacuar temporalmente a los residentes en la parte oriental” de Rafah que, según su portavoz Daniel Hagari, concierne a unas “100.000 personas”.

La evacuación forma parte de “la preparación de una operación terrestre en la zona”, añadió Hagari.

Un representante de la Media Luna Roja palestina en el este de Rafah aseguró que huyen “aterrorizados, en medio del pánico” y estimó que la zona designada por el ejército israelí afecta a unas 250.000 personas.

Israel considera esencial la operación en Rafah para “destruir los últimos cuatro batallones” del movimiento islamista en el territorio palestino.

La ONU calcula que alrededor de 1,2 millones de personas viven hacinadas en esta ciudad fronteriza con Egipto y asegura que es “imposible realizar una evacuación masiva de esta magnitud de forma segura”.

El ejército declaró que amplió “la zona humanitaria a Al Mawasi”, una localidad situada sobre la costa a unos diez kilómetros de Rafah.

La zona “no tiene espacio suficiente para que instalemos nuestras tiendas de campaña”, declaró Abdul Rahman Abu Jazar, un palestino de 36 años.

“Más guerra y hambruna”

Esta orden de evacuación “presagia lo peor: más guerra y hambruna”, declaró este lunes el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell.

La Casa Blanca indicó el lunes que el presidente estadounidense, Joe Biden, “reiteró su posición clara” en contra de la invasión de Rafah a Netanyahu durante una conversación telefónica.

Esta operación “aumentaría dramáticamente el sufrimiento del pueblo palestino”, declaró el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.

La presidencia de la Autoridad Palestina pidió a Estados Unidos “que intervenga para evitar esta masacre”.

La guerra estalló el 7 de octubre con el ataque comandos islamistas contra el sur de Israel que mató a 1.170 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250, según un balance basado en datos israelíes.

Las autoridades de Israel estiman que, tras un canje de rehenes por presos palestinos en noviembre, 128 personas permanecen cautivas en Gaza, de las 35 fallecieron desde entonces.

La ofensiva de represalia lanzada por Israel ya ha dejado 34.735 muertos en Gaza, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás.

El movimiento islamista advirtió en un comunicado que Israel prepara la ofensiva en Rafah “sin considerar la catástrofe humanitaria en la Franja ni el destino de los prisioneros enemigos en Gaza”, en alusión a los rehenes israelíes.

La oficina de Netanyahu indicó que la operación seguirá adelante “para ejercer una presión militar contra Hamás con el fin de impulsar la liberación de [los] rehenes”.

Algunos israelíes se manifestaron en Tel Aviv a última hora del lunes para pedir a su gobierno que acepte un acuerdo que permita liberar a las personas cautivas.

El Foro de Familiares de Rehenes afirmó en un comunicado que el anuncio de Hamás “debe allanar el camino” para su retorno. (I)