Fascinante es el calificativo que en Daily Mail dan a las historias de dos mujeres y un hombre que dicen estuvieron, durante unos minutos, en el llamado “más alla”.

El Dr. Bruce Greyson, profesor de psiquiatría y ciencias neuroconductuales de la Universidad de Virginia, dijo al medio: “Creo que este fenómeno ocurre más a menudo de lo que pensamos, pero no tengo una explicación materialista para ello”.

Les presentamos los tres casos y podrá sacar sus conclusiones.

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Había una hermosa luz blanca y encontré a mi tía abuela: Lynn Mildner

Una complicación durante una cirugía bucal llevó a Lynn Mildner “a la muerte”, por poco tiempo.

Ella ofrece su historia de cómo volvió “milagrosamente” a la vida y narró lo que percibió en ese otro enigmático lado.

Mildner dice que su tía abuela le informó que sería su espíritu guardián. Foto: Tomada de MailOnline

De su mente no saldrá jamás la “hermosa luz blanca” en la distancia y la experiencia de hablar con familiares que habían fallecido.

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Mildner tiene hoy 69 años y vive en Hertfordshire, Inglaterra. Cuando tenía 30 recibió anestesia general para que le extrajeran las muelas del juicio.

Pero hubo una complicación y “los médicos se vieron obligados a restablecer el ritmo normal de su corazón con un desfibrilador, un dispositivo que se usa para aplicar descargas al corazón de alguien que sufre un paro cardíaco”.

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Mildner asegura que “al otro lado” todo estaba en paz. “Había una hermosa luz blanca a la que sabía que debía dirigirme”.

Fue fácil. Estaba a la deriva y flotando, palpablemente feliz. Llegué a una especie de entrada.

Conto que su " tía abuela Nellie” le dijo que ella sería su espíritu guardián.

“No podía esperar para pasar ese umbral y ver a mis abuelas”. Pero la tía Nellie me dijo que no podía.

“Tuve que regresar porque aún tenía mucho que hacer y lograr. Ese umbral era definitivo. Cuando lo pasabas no había vuelta atrás. Y debo volver.

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“El viaje de regreso fue cuesta arriba, en un túnel oscuro y muy duro, como si fuera contra la gravedad. Yo no quería ir”.

“Y luego mis ojos parpadearon y vi personas con uniformes quirúrgicos que sostenían mis brazos y uno de ellos teníalas paletas de un desfibrilador”, publicó el medio británico.

No sentí dolor, sino una especie de arrepentimiento”: Justin Cameron

Justin Cameron, de Ottawa, Canadá, necesitó operación de emergencia al presentar un cuadro de peritonitis.

Cameron, que tenía 44 años en ese momento, recordó “que esperaba la cirugía y tuvo una experiencia cercana a la muerte”.

Cameron señala que antes de este episodio interesante en su vida estaba decepcionado de todo. Foto: Tomada de MailOnline

“No sentí dolor, sino una especie de arrepentimiento”, describió. Dijo que la sensación era que se estaba ‘escapando’.

Vi un carrete supercortado de mi vida en un instante. Aprendí que la muerte es indolora.

Hoy, con 51 años, Cameron llama “vehículo” a su cuerpo.

“Sentí arrepentimiento por no haber cuidado mejor mi vehículo’.

A Cameron, tras ese impactante episodio, se le desaparecieron el “cansancio” y la “decepción por el mundo y la vida”.

Hoy, está feliz de “ver y escuchar la magia del mundo”.

Podía ver mi cuerpo en la cama del hospital: Shirley Yáñez

Un paro cardíaco sufrió Shirley Yáñez en 2005. Dieciocho años después sobre el momento dice: “Pude ver mi cuerpo en la cama del hospital”.

A sus 66 años narró en Londres que “estuvo a punto de morir debido a un paro cardíaco después de desarrollar un fibroma en su útero en 2005″.

No le tengo miedo a la muerte, dice Yáñez. Foto: Tomada de MailOnline

Estuvo a punto de desangrarse “hasta la muerte’ y le dieron tres transfusiones de sangre, que su cuerpo rechazó.

El corazón se detuvo y afirma que “murió por unos minutos”.

Asevera que vio su cuerpo en la cama del hospital con sangre en todas las sábanas.

“Estaba en paz y podía ver mi cuerpo, la sangre, y escuchaba todas las máquinas pitando”.

“Vi a la enfermera de emergencia entrar en la habitación”, narra.

Sentí como si tuviera alfileres y agujas por todo el cuerpo mientras bombeaban sangre nueva y volví a entrar a mi cuerpo.

Gracias a esa experiencia dijo que hoy vive a plenitud: “Mi experiencia cercana a la muerte fue lo mejor que me pasó porque hoy no le tengo miedo a la muerte y abrazo la vida”.

(I)

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