El mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, cercano aliado de Vladimir Putin, fungió como mediador en la crisis rusa, acogiendo a Yevgueni Prigozhin y a sus hombres que lo deseen en Bielorrusia, en el marco de un acuerdo celebrado con él, tras ser archivado su caso penal en su país.

El acuerdo alcanzado con la mediación del jefe de Estado bielorruso permite a los wagneritas incorporarse al Ejército ruso, volver a sus casas o marcharse a Bielorrusia, además del cierre de las causas penales incoadas por su sublevación.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, elogió la lealtad de sus militares y cuerpos de seguridad ante la rebelión encabezada por el líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin.

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“Ustedes defendieron el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de muestro ciudadanos, salvaron a nuestra patria de conmociones y, de hecho, detuvieron una guerra civil”, dijo Putin a efectivos militares y agentes de seguridad en una ceremonia solemne celebrada en la Plaza de las Catedrales del Kremlin.

Putin admite financiar al Grupo Wagner

El jefe del Kremlin reveló que entre mayo de 2022 y el mismo mes de 2023 la financiación del Grupo Wagner corrió completamente por cuenta del Estado, que en ese período le asignó 86.000 millones de rublos (1.014 millones de dólares).

Al mismo tiempo, indicó que Concor, la empresa de Prigozhin, ganó en un año 80.000 millones de rublos, más de 900 millones de dólares, con contratos de suministros de comida al Ejército.

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Captura de vídeo que muestra al ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú (c), quien inspeccionó este lunes el puesto de mando avanzado de unidades rusas que combaten en Ucrania, en lo que es su primera aparición tras la rebelión armada de 24 horas protagonizada el sábado por los mercenarios del Grupo Wagner. Foto: EFE

Cronología de la rebelión

Lukashenko dijo que supo de la rebelión desde horas tempranas del sábado, y casi inmediatamente, conversó con Putin, quien le informó “del modo más detallado” sobre la situación.

“Lo más peligroso, según comprendí, no era la situación en ese momento, sino cómo podía desarrollarse y su consecuencias (...) y también comprendí que se había tomada la decisión cruel de machacarlos. Propuse a Putin que no se apurase”, dijo Lukashenko.

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El presidente bielorruso añadió que Putin no tenía muchas esperanzas en la posibilidad de un diálogo con Prigozhin, ya que el jefe de Wagner “no respondía al teléfono y no quería hablar con nadie”.

Tras recibir del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia el teléfono de Prigozhin, Lukashenko contactó con él y lo notó “muy alterado”: “la primera ronda de conversaciones duró 30 minutos entre palabrotas exclusivamente. Había diez veces más tacos que léxico normal”, recordó.

Lukashenko señaló que los combatientes de Wagner “recién venían del frente en Ucrania, donde vieron la muerte de miles de los suyos”.

“Los muchachos estaban muy ofendidos, especialmente los comandantes. Y según comprendí, ellos influyeron mucho en Prigozhin”.

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“Sí, él es así, saben, un tipo heroico, pero los que dirigían los grupos de asalto y vieron todas esas muertes le presionaban mucho e influían en él. Y en esas circunstancias (...) en un estado cuasi rabioso, conversé con él”, relató.

Prigozhin, según el presidente bielorruso, insistía en marchar hacia Moscú, ante lo cual Lukashenko le aseguró que nadie le entregaría ni al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ni al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, contra los cuales lanzó Wagner su rebelión armada.

“Conoces a Putin tan bien como yo”, le dijo Lukashenko al jefe de Wagner, al señalar que aún si los mercenarios llegaban a Moscú el jefe del Kremlin jamás accedería a recibirle “en estas circunstancias”.

“Te aplastarán como a una chinche por el camino, pese a que el Ejército ruso está ocupado en el frente. Piensa en eso”, advirtió Lukashenko, quien aseguró a Prigozhin que estaba dispuesto a enviar una brigada bielorrusa “a defender Moscú, como en 1941″, en referencia a la Segunda Guerra Mundial. (I)