Cecilie Fjellhøy, de Noruega y radicada en Londres, buscaba, a menudo, una pareja que sea un “diamante en bruto” a través de la app Tinder, una plataforma de citas creada en 2011. Tuvo cientos de matches (especie de me gusta) y decenas de encuentros y conversaciones, pero ninguno fue su hombre ideal.