El Sol emitió una fuerte llamarada solar el 14 de mayo de 2024, con un máximo a las 12:51 p.m. ET. El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA capturó una imagen del evento, el cual fue clasificado como X8.7, informó la NASA este martes.

Las erupciones solares son poderosas explosiones de energía. Se estima que la mancha solar de la región 3664 del Sol ha ido creciendo este año hasta alcanzar un ancho de más de 200.000 kilómetros, 17 veces el diámetro de la Tierra, en los últimos días, recordando el evento Carrington, del siglo XIX.

El evento Carrington es como se conoce a la tormenta solar de 1859, la más potente registrada en la historia. Durante agosto y septiembre de ese año, en el hemisferio norte y sur del planeta se empezaron a divisar auroras boreales a gran escala, producto de las llamaradas solares que estaban acercándose a la Tierra.

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Las llamaradas y erupciones solares pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes de energía eléctrica, las señales de navegación y representar riesgos para las naves espaciales y los astronautas.

Esta emisión está clasificada como bengala X8.7. La clase X denota las llamaradas más intensas, mientras que el número proporciona más información sobre su fuerza.

La compleja estructura denominada 3664 se ha ido fusionando con manchas solares de la región vecina 3668 hasta formar una figura oscura que puede observarse fácilmente desde la Tierra con un filtro solar.

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Nuestro Sol es una estrella extremadamente activa. La actividad solar expulsa radiación y partículas atómicas del Sol durante las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal. El pasado fin de semana, una tormenta geomagnética “histórica” causada por erupciones solares dejó hermosas vistas de auroras boreales en regiones en el sur de América del Norte, informó la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

Complicaciones de tormentas solares

El clima espacial es cómo nos referimos a las variaciones en el entorno espacial local impulsadas por la radiación y las partículas expulsadas y cómo esas variaciones impactan a la Tierra y a la sociedad humana. Esos impactos incluyen: fallas electrónicas en satélites; problemas de comunicación y navegación en aviones; peligros de radiación para los astronautas; y pérdida de satélites debido a la resistencia atmosférica.

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La energía eléctrica de los hogares y negocios puede verse interrumpida por tormentas geomagnéticas provocadas por ráfagas del Sol. La importancia de estas variaciones se hará evidente a medida que comencemos a comprender cómo funciona el clima espacial, señala la NASA. (I)