Un recluso de 81 años, condenado a la pena capital en Luisiana, falleció el pasado sábado, 22 de febrero, por causas naturales, apenas una semana antes de la fecha fijada para su ejecución. Cristopher Sepulvado, sentenciado por el asesinato de su hijatro en 1992, se encontraba en delicado estado de salud y había sido hospitalizado debido a múltiples afecciones crónicas.