Marcas como rayos dejó en el cuerpo de un hombre el contacto que tuvo con una falsa medusa llamada carabela portuguesa.

Esas marcas rojizas son quemaduras, dicen medios de España, y en la piel blanca de Javier Díaz de Guereñu, de 58 años, se abrieron paso en la espalda, axilas, piernas y en su brazo derecho, informó El Diario Vasco.

El viaje a la playa de este hombre de Tolosa, ubicada en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco, se transformó en pesadilla cuando sufrió la picadura de la citada medusa.

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El sorprendente encuentro entre unos buzos y una medusa gigante

La peligrosa picadura de la carabela portuguesa

Javier Díaz dijo a los medios que el martes 22 de agosto de 2023 fue a la playa de Ondarreta, en San Sebastián, y estando allí lo sorprendió la falsa medusa.

- “Sentí una descarga bestial y creí que me moría”, describió Javier a El Diario Vasco, citó El Mundo.

El hombre sufrió “convulsiones” y fue llevado a un centro hospitalario donde permaneció 10 horas, dijo el medio.

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Según contó Javier, si le “hubiera pasado a otra hora y sin gente alrededor”, igual “no habría podido salir nunca del agua”.

La foto de un pez dentro de una medusa se vuelve viral

Qué son las carabela portuguesa

En El Mundo divulgaron que es “un animal que parece una medusa pero que no lo es. Sus tentáculos pueden superar los 20 metros”. Esos tentáculos, añadió National Geographic, son tóxicos.

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La presencia de ellas de ir en aumento obedecería a causas relacionadas con la contaminación, calentamiento del agua y escasez de depredadores, divulgó National Geographic.

¿Dónde hay carabelas portuguesas? Este mismo medio de temas científicos expuso que “se distribuyen en todas las aguas cálidas del planeta, especialmente en áreas tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico”.

El Gobierno de Canarias asentó en su site que la carabela portuguesa “con apariencia de medusa es en realidad una especie colonial de color azul violáceo que vive a la deriva flotando, gracias al gran y característico flotador que posee”.

Explicó además que de ese flotador “salen muchos tentáculos que llegan a alcanzar hasta 50 m de longitud. Los tentáculos están cubiertos de unas cápsulas, nematocistos, con veneno que pueden paralizar y matar a los peces y otras criaturas pequeñas que les sirven de alimento. La picadura de sus tentáculos a personas es muy dolorosa e incluso peligrosa”.

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Para National Geographic, esos animales “también habitan en la corriente del Golfo Atlántico y ocasionalmente se aventuran en el Mediterráneo”.

Si está en la playa y distingue una, procure no tocarla. El Gobierno de Canarias agregó: “Hay que tener mucho cuidado al encontrarse una muerta en la costa pues su veneno continúa activo aún cuando yacen inertes”.

(I)

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