Un devastador terremoto de magnitud 7,7 sacudió este viernes Birmania, con repercusiones en países vecinos como Tailandia y China. El sismo, cuyo epicentro se localizó a 16 kilómetros de la ciudad de Sagaing, a una profundidad de 10 kilómetros, desató escenas de pánico y dejó un rastro de destrucción.