Elena Nájera, vocal del Consejo Nacional Electoral (CNE), criticó que por años ha persistido el problema de firmas fraudulentas sobre adhesiones a movimientos y partidos políticos, sin que hasta el momento se dé una solución.

El pronunciamiento de la consejera electoral sucedió la noche del miércoles, después de que el pleno del CNE calificó por unanimidad la candidatura presidencial de Christian Zurita en reemplazo de Fernando Villavicencio, por el movimiento Construye, lista 25.

La inscripción de Zurita fue objetada por el movimiento Revolución Ciudadana (RC) aduciendo que el sucesor de Villavicencio estaba adherido al movimiento RETO, lista 33. Sin embargo, tras un pedido de nulidad del movimiento Construye, un informe técnico del CNE concluyó que la firma de adhesión no correspondía a la de Zurita; por lo tanto, el órgano electoral negó la impugnación.

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En ese contexto, Nájera comentó que “no se puede tapar el sol con un dedo”. Recordó que las anomalías con las firmas fraudulentas “es un hecho denunciado públicamente hace muchos años y el Consejo Nacional Electoral no puede victimizarse”.

“Nosotros (CNE) deberíamos pedirle disculpas públicas a la ciudadanía, a las personas que cuando van a sacar un requisito, a optar por un concurso o ser aspirantes a policías tengan que sacar un certificado de apoliticismo y se encuentran con la sorpresa de que han sido afiliados a organizaciones políticas, que ni siquiera guarda relación, a veces, con su situación de adhesión o de simpatía a una organización política”, reclamó la consejera.

Señaló que el problema no desaparece porque no se han depurado las firmas fraudulentas y la ciudadanía sigue siendo afectada. Por ello, insistió en que el trámite para la desafiliación debe ser rápido y efectivo.

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“Cuánto tiempo y no se ha realizado este trabajo de depurar firmas fraudulentas, que superan el número incluso de ciudadanos ecuatorianos que existen en el país. No hemos hecho la tarea”, dijo Elena Nájera e hizo un llamado a que los responsables de las áreas correspondientes empiecen un proceso de depuración.

Las palabras de Nájera no provocaron ninguna reacción por parte de los demás consejeros del CNE, incluyendo a la presidenta Diana Atamaint. (I)

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