El patrimonio (o sea la diferencia entre sus activos y sus pasivos) del presidente de la República, Daniel Noboa, asciende a $ 894,276,03, según la declaración patrimonial juramentada que presentó ante la Contraloría General del Estado al inicio de su mandato completo, el pasado 24 de mayo del 2025.
Como activos, el mandatario reporta una casa en la provincia de Santa Elena (la comuna de Olón), que está valorada en $ 1,5 millones; además de $ 34.329,66 en tres cuentas corrientes, y $ 101.190,00 en acciones y participaciones.
En total, sus activos suman $ 1′635.519,63.
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En los pasivos, en tanto, consta un crédito hipotecario por $ 741.243,60.
La diferencia entre activos y pasivos es de $ 894.276,03.
En tanto que el patrimonio de la vicepresidenta de la República, María José Pinto, asciende a $ 4′390.413,31, según consta en la Contraloría.
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Sus activos suman $ 4′621.420,86, e incluye acciones y participaciones por $ 4’458.988,35; inversiones por $ 32.868,42; dinero en siete cuentas bancarias por un monto de $ 5.901,79; cuentas por cobrar por $ 30.0000,00; bienes muebles por $ 3.000,00; y bienes inmuebles por $ 90.662,29 (un departamento, una bodega y un parqueo).
En cambio, sus pasivos suman $ 231.007,5, que corresponde a deudas por un crédito hipotecario y tarjetas de crédito.
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La diferencia entre activos y pasivos es de $ 4′390.413,31.
Tanto Noboa como Pinto provienen de familias de empresarios dedicados a varios tipos de negocios. En el caso del primero, las exportaciones bananeras, principalmente; y de la segunda, producción textilera.
Los funcionarios del Estado están obligados por ley a presentar sus declaraciones de bienes al inicio, a la mitad y al fin de su gestión, y cuando lo disponga la Contraloría General del Estado.
Esto tiene por objetivo vigilar que no se produzcan casos de enriquecimiento ilícito.
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La Contraloría realiza periódicamente exámenes sobre esta información, que es pública. (I)