Un año del asesinato del político ecuatoriano, Fernando Villavicencio Valencia, se cumple este viernes 9 de agosto y su familia espera que las investigaciones en la justicia den con los autores intelectuales de este que ocurrió en medio de un proceso electoral.
Hace un año, Fernando Villavicencio recorría provincias del país haciendo campaña electoral por las elecciones anticipadas de agosto del 2023, en las que él fue uno de los candidatos a la presidencia de la República impulsado por el movimiento Construye.
La tarde del 9 de agosto del 2023, acudió a un mitin político que se realizó en un coliseo ubicado al norte de Quito en donde funcionaba el colegio Anderson y, al salir, fue asesinado al estilo sicariato a eso de las 18:15.
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Doce meses después de este hecho, sus hijas Amanda y Tamia Villavicencio, lo recordaron con un especial periodístico nombrado ‘Un año sin Fernando, una golondrina sí hace verano’, que se hizo en la sede de la Unión Nacional de Periodistas (UNP).
Para este viernes, desde las 10:00 se prepara también una misa en la iglesia de San Agustín, en el centro histórico de la capital.
Familiares, amigos y periodistas asistieron para presenciar un diálogo en el que se rememoró momentos de la vida personal y política de Villavicencio, la actuación de la justicia en cuanto a la investigación del crimen, así como la infiltración del crimen organizado en las estructuras del Estado.
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Se transmitió una película de casi 40 minutos en la que sus dos hijas relataron partes de su vivencias con su padre, del que exaltaron su oficio de periodista, político, exasambleísta y candidato presidencial.
Amanda recordó a la justicia que «tiene una deuda» con ellas y su familia en investigar y detener a quiénes estuvieron detrás del crimen y su planeación.
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«La justicia tiene una deuda con nosotros», enfatizó Amanda y reprochó a la Corte Nacional de Justicia (CNJ) de haber sido obligada a dar una disculpa pública por no dar cumplimiento a las medidas cautelares que emitió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor de Villavicencio y exigió que se identifique a aquellas personas y autoridades que no cumplieron con esas medidas de protección.
Su hija Tamia aludió a que la vida de su padre peligró más, después de revelar una fotografía de la piscina o más conocida, como la fotografía de los ‘tetones’, en la que se observa a personajes que actualmente son investigados por hechos de corrupción en Ecuador, como el exasambleísta del movimiento correísta de la Revolución Ciudadana (RC), Ronny Aleaga.
«La foto de la piscina en Miami (Estados Unidos)… Esa fiesta… desde ese momento, mi padre se volvió un enemigo”, comentó Tamia.
En el panel, intervinieron actores de la sociedad civil como César Ricaurte, directivo de la organización no gubernamental Fundamedios; Patricio Rivas, de la Fundación Nos faltan tres y hermano de uno de los miembros del equipo periodístico de diario El Comercio que fueron asesinados en la frontera con Colombia en el 2018; y, la periodista de la revista Vistazo, María Belén Arroyo.
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Arroyo cuestionó al Estado por haberle «fallado a Fernando Villavicencio» y lamentó que la ciudadanía se haya conformado con el juzgamiento a un joven colombiano que disparó y la justicia haya sentenciado a cinco personas.
Con ello, su pedido para que la justicia amplíe las investigaciones de sobre los grupos que estuvieron detrás de este asesinato. «¿Quién dio la orden? Es la respuesta que falta. Quiénes son los verdaderos autores intelectuales», apuntó la reportera.
El pasado 12 de julio, en primera instancia, un tribunal de Garantías Penales de Pichincha sentenció a cinco personas, como autores materiales del asesinato de Villavicencio.
A dos de ellos, Carlos A. L., cuyo alias es El Invisible y Laura C. V., alias La Flaca, fueron condenados a 34 años y ocho meses de cárcel en el grado de autor mediato y coautora mediata, respectivamente. Y, otros tres, Erick R., Víctor F., y Alexandra Chi. F., a doce años de prisión en el grado de cómplices.
Según la Fiscalía General del Estado las cinco personas habían planificado y dado la logística para acabar con la vida del entonces candidato.
El sicario que disparó a Villavicencio, conocido con el alias Ito, Johann Castillo, de nacionalidad colombiana, murió minutos después de cometer el atentado ese mismo 9 de agosto, cuando intentaba huir por la avenida Gaspar de Villarroel, en donde se ubica el coliseo en donde estuvo Villavicencio.
Recibió disparos de los policías que eran parte de la cápsula de seguridad de Villavicencio y golpes de los simpatizantes que lo acusaban del asesinato.
En tanto, otros seis colombianos, que también formaron parte de esta operación, fueron detenidos y asesinados en sus celdas en octubre del año anterior.
Actualmente, la Fiscalía General informó que está en curso una investigación previa para determinar a los autores intelectuales del asesinato de Villavicencio. (I)
