Henry Cucalón fue uno de los dieciséis candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones generales del pasado 9 de febrero y alcanzó 37.316 votos, el 0,36 %. Lo auspició el movimiento Construye (lista 25). Él conversó sobre las lecciones que le dejó la campaña electoral y su postura frente a la segunda vuelta electoral entre Daniel Noboa, candidato por el movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), y Luisa González, candidata por el movimiento Revolución Ciudadana (RC).

Diario EL UNIVERSO conversó con el excandidato presidencial para comentar sobre su futuro en la política nacional y su posición de cara a la segunda vuelta electoral.

¿Qué lecciones le dejó esta campaña electoral? ¿Le faltó algo por hacer o decir?

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Siempre la campaña es un proceso de aprendizaje. Yo tengo algunos años en política y servicio público, pero una campaña presidencial con todos los retos que existían, con la polarización existente y con la falta de recursos hizo que el mensaje, que sí lo teníamos, la propuesta que sí la teníamos, sea mucho más difícil y complejo hacerlo llegar. Ese es también parte de mi aprendizaje. Yo reconozco que no pudimos llegar con el mensaje, y esa es una responsabilidad de nosotros, de la campaña. Creo que en una próxima lid electoral esas ideas, fuerzas que tenemos, nuestra visión del Estado, nuestra visión de los derechos, nuestra visión de la participación, nuestra visión de la economía, deben tener y deben ser manejadas de una manera mucho más profunda y ágil comunicacionalmente.

¿Cómo está su relación con Construye?

Yo tengo excelentes relaciones con los miembros de Construye, con su dirigencia, con los asambleístas en funciones que están y con el asambleísta electo Pablo Jurado. Hemos mantenido conversaciones. Vamos a estar cerca. Yo no soy afiliado. Siempre dije en la campaña que agradezco la confianza que depositaron en mí. Espero no haberlos defraudado. Hice una campaña limpia de muchas propuestas sin recursos; yo no soy una persona de recursos. Tengo entendido, por lo que he conversado con ellos, que tienen la suficiente amplitud para ver cómo va a ser una renovación, si hay que mantenerse como tal, si hay que llegar a alianzas, si hay que llegar a fusiones, cómo va a ser el proceso de reinvención, porque esta es una lectura que nos queda absolutamente a todos. Pero sí he mantenido contactos y tengo una fluida y excelente relación con ellos.

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¿Qué lectura les dejaron los resultados de esta elección, marcada por la polarización?

Eso no se da por la cantidad de candidatos y no por la coyuntura política, no va tanto por la cantidad: es por el mensaje y la polarización que sintió, que yo ni la pondero ni la condeno. Esa es la realidad de la política. Yo sabía que era adverso, yo estaba consciente de aquello, pero fue mucho más complejo de lo que nos imaginamos. Esta teoría de los antis fue muy fuerte, y por eso es que se da esta situación del anticorreísmo y del antinoboismo, que inclusive hizo que el correísmo saque más cantidad de votos de lo que han sacado en las dos elecciones anteriores en primera vuelta. Pues no solo los votos de adhesión al correísmo son unos votos que polarizan; también los que, pudiendo ir a otros candidatos de supuesta tendencia, solo con tal de ir en contra de Noboa terminaron votando por la candidata del corriente, que fue exactamente lo que sucedió en el caso del candidato-presidente Noboa y los demás candidatos.

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Construye ha anunciado que votará por Noboa en la segunda vuelta. ¿Cuál es su posición?

El correísmo no es una opción para mí. No es una opción democrática. Por eso, no puedo votar por él. Ahora bien, tomando en cuenta que es legítimo inclusive votar por otro candidato para evitar que gane una candidatura con la cual uno no está de acuerdo, ya es legítimo, es positivo. Yo voté por el candidato Noboa en el 2023, porque no quería que gane Luisa González. No es la primera vez que pasa y se puede volver a repetir esta figura del descarte o del mal menor. Eso no significa en ningún momento un cheque en blanco. No puedo hacerlo a ciegas, más tomando en cuenta que tengo críticas democráticas al presidente-candidato Noboa, que por descarte es una opción al correísmo. Eso no significa apoyar las ejecutorias del presidente-candidato Noboa y no exigir rectificación, no exigirle respeto, construir políticas públicas a largo plazo, compromiso de él, que no lo ha tenido a este momento.

¿Está analizando alguna candidatura para las elecciones seccionales?

Yo en mi declaración en la noche del 9 de febrero manifesté que yo no me puedo alejar de los asuntos de mi país ni de mi ciudad. No estoy hablando de candidaturas; no es el momento. Yo estoy comprometido con mi país, con mi ciudad, y voy a seguir haciendo política, por supuesto, como lo he venido haciendo por convicción durante más de 25 años. Yo amo el servicio público, y los ciudadanos y mis compatriotas saben que pueden contar conmigo.

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¿Cuáles cree que serán los principales desafíos del nuevo Gobierno?

Van en el orden de la seguridad y en el orden de la economía. En el orden de la seguridad se necesita un Plan Ecuador, un plan de país, un acuerdo sobre lo fundamental. En otras cosas podemos tener diferencias, pero en el tema de la seguridad y enfrentar al crimen organizado, enfrentar la mafia y enfrentar al narcotráfico es una política de una sola visión que debe ser respetada por todos. No podemos tener ante el crimen organizado un Estado desorganizado. En materia económica, lo que más me preocupa de la opción correísta es que es una opción que de frente dice que va a tomar las reservas internacionales, que va a utilizar dineros electrónicos, emisiones inorgánicas que atentan contra la economía para su gasto de carácter populista. Eso no le conviene al país.

¿Qué expectativas tiene sobre la nueva Asamblea marcada por el bipartidismo?

Durante mucho tiempo, los analistas y la clase política hablaban de que querían dos grandes mayorías en la Asamblea. Pues ahora lo tienen, pero veo que subsiste la preocupación porque ya no es un tema cuantitativo; es un tema cualitativo, por el nivel de la representación. Hay dos tendencias, porque el bipartidismo no existe. Son dos organizaciones que tienen dueños, que tienen propietarios, que se hace la voluntad omnímoda de los dos, de Rafael Correa y del señor Daniel Noboa. No nos engañemos: no es el modelo colombiano en su momento, ni el modelo americano, ni el modelo español. Suena muy elegante como ciencias políticas. Bipartidismo no es: es caudillismo. (I)