El empresario Jan Topic Feraud estuvo a punto de ser Secretario de Seguridad en el gobierno de Guillermo Lasso y dice que ciertas presiones políticas lo impidieron. Pero tiene un plan de seguridad listo para implementarse, y cree que solo él tiene el temple para hacerlo. Por eso se animó a ser candidato presidencial. De momento tiene el apoyo del Partido Social Critiano (PSC), lista 6, con el que dice sentirse identificado por sus postulados políticos, y el Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero (PSP), lista 3.

Hace pocas semanas, Topic Feraud dejó de ser representante legal y accionista de Telconet, la mayor proveedora de servicios de telecomunicaciones para el Estado. Se desvinculó para evitar conflictos de intereses si ingresaba al gabinete de Lasso; y adelanta que, de llegar al poder, esa compañía ya no tendrá más contratos.

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¿Cómo surgió su candidatura?

A veces uno tiene una visión ingenua de cómo funciona la política pública en un país de 18 millones de habitantes. Pero cuando lo vi de cerca me golpeé con la realidad. Y lo que siento ahora, si tengo que resumirlo, es indignación. Por ejemplo, tenemos una empresa de seguridad que ahora es la más grande del país, pero en relación a la Policía es chiquita; por cada guardia que tenemos hay 25 policías. Yo sí, en mi ingenuidad, pensé que la Policía iba a ser 25 veces mejor. Y eso que el presupuesto por persona es 2 a 1 con relación con la empresa de seguridad. Y cuando me encuentro con que cero con todos los policías, cero con todos los soldados, falta de un plan coherente, de métricas, de objetivos, entendí por qué estamos como estamos...

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Antes de decidirse ya estuvo a punto de ser secretario de Seguridad del actual Gobierno.

Yo no busco cargos políticos, estoy feliz en mi vida, pero sí me llamó la atención… Que no me cojan a mí, tal vez por presiones políticas, está bien, pero la persona que subió al cargo ya vamos dos meses y medio y todavía no presenta su plan, cuando yo sí lo hice en el día uno. Uno se espera que sea quien sea la persona que vaya a cualquier cartera de Estado y, definitivamente la de Seguridad, porque el problema más urgente del país, llegue con un plan de trabajo y lo presente a la ciudadanía.

¿Y cuando Lasso lo invitó a ser ministro ya tenía un plan?

Cuando Lasso me invitó, yo le dije no, primero déjame presentarte un plan, porque ir a manejar un cargo público sin plan sería irresponsable, porque tienes que entender el problema, ponerle números y saber incluso tú internamente si lo puedes resolver o no; y tienes que asegurarte que tu jefe, tu líder, entienda el plan, lo acepte y lo apruebe porque no quieres a mitad de camino que te diga sabes qué, mejor no.

¿Y qué decía ese plan?

Son cuatro ejes de ataque o de defensa, como lo quieran ver: control fronterizo, control carcelario, control de las fuerzas del orden, Policía y Fuerzas Armadas; e integración de inteligencia…

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¿Y ese es el plan que aplicaría en la Presidencia?

Correcto.

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Explíqueme cada eje…

El tema fronterizo es crítico porque uno de los problemas más grandes que tenemos el narcotráfico, entonces el control tiene que arrancar en el inicio, en todos los puestos fronterizos. Tenemos 600 kms. en la frontera norte, el plan busca controlar los 280 kms. del flanco oeste, que son los más permeables y los más usados. Eliminar los caminos ilegales y edificar infraestructura en los cuatro pasos legales. Ídem para la frontera sur.

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Por la parte carcelaria, el plan incluye la construcción de dos nuevos centros de privación de libertad, uno en Guayas y uno en Pichincha, que van a tener dos funciones: uno, establecer el norte, cómo deben funcionar los demás, y dos, pasar a los presos estas nuevas penitenciarías y hacer arreglos en las otras, esto te permite hacer cambios realmente estructurales.

En el control de fuerzas del orden: tenemos casi 100.000 uniformados. Unos 50.000 policías y 40.000 soldados. En general, hay una pésima estructura de control de esos efectivos. Comenzando con que hay 7.000 vehículos que no tienen GPS. No sabes qué carros están rodando o no. No sabes cómo se mueven ni para quién se mueven, hay bastantes rumores con cierto nivel de evidencia de que la Policía es usada para hacer de escolta de grupos narco delictivos; una vez que tú levantas la base de datos georeferencial de los índices delictivos y las llamadas del 911, puedes tener una optimización de recursos.

El eje cuatro es la parte de integración inteligencia que puede sonar un poco abstracto, pero le pongo el caso de Leandro Norero. ¿Cómo es posible que el señor tenga tres mansiones y que nadie se haya dado cuenta? Entonces hay que integrar SRI, UAFE, Registro de la Propiedad, con la información de la Policía dentro de una base de datos nacional... Eso se puede hacer rápidamente. Es solo un tema de voluntad.

Ya se daba por hecho que usted sería posesionado, y luego la Secom informó que no.

Yo diría que sí era un hecho porque en el momento en que tú llamas a alguien y le das tu palabra, y te dicen que presentes un plan... Yo confío bastante en la palabra de las personas, todo el mundo me tilda de ingenuo, pero no puedes perder eso. Yo no llamé a nadie, a mí me llamaron. ¿Pero qué pasó? No sé. Con el presidente tuvimos una reunión el día después del comunicado de la Secom, pero fue un poco difuso en lo que dijo. Mencionó que había presiones políticas. Tal vez en un sector de la Sierra, un sector de las Fuerzas Armadas, y me dijo que me iba a volver a contactar. Eso nunca se dio.

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¿Y quizás le quedó la espinita de que su plan pudo tener éxito?

El asunto no es tanto el plan, que es el 5 % de la batalla; el plan nos tomó tres o cuatro días elaborarlo y como conocemos bastante de la materia, no lo veo complejo. ¿Dónde veo el 95% la batalla? Implementarlo. ¿Qué es lo que me motiva? Que no veo en los precandidatos a ninguno que tenga el temple necesario para hacerlo, con todo respeto. O sea, hay mafias fuertes. Tomar control de las cárceles, de las fronteras, no es para todos. Irse contra la mafia del IESS, de Petroecuador no es para todos.

¿Y usted tiene el temple?

Sí. Hubo un momento que titubeé porque ya uno no depende solo de uno mismo, Y tomé la decisión con mi esposa. Le dije, esto se pone caliente, ustedes se van a otro país y yo me quedo aquí peleando; y ella aceptó.

El tema el narcotráfico está muy ligado a las condiciones económicas del país. ¿Cuáles son sus propuestas en esa área?

Hoy tenemos en el país un impuesto a la vida. Le cito un ejemplo aquí de Guayaquil. En la vía a Daule hay una empresa grande del sector alimenticio que paga entre 1,5 y 1,6 millones de dólares anuales en vacunas, pero les toca porque si no no tienen cómo vender. Ese es dinero que está siendo malgastado en estos grupos delictivos, que no está generando empleo lícito, nuevas obras… Tienes tiendas que, por ejemplo, facturan entre $ 2.000 y $ 5.000 mensuales que ahorita les están timbrando vacunas de $ 150 a $ 200 semanales. Te están elevando la estructura de costos en un 20 % o 25 % que no le puedes traspasar al cliente final... Yo creo que la generación de empleo no es responsabilidad del gobierno, lo que sí debe hacer el gobierno es generar las condiciones adecuadas para que la empresa privada cree empleo. Pero el Estado no está cumpliendo...

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¿Y qué acciones cree que son urgentes para que la economía se mantenga a flote hasta mejorar la situación de inseguridad?

Lo mejor que podemos hacer como gobierno es establecer las bases en seguridad física integral, seguridad jurídica, seguridad económica, seguridad política, para que el mundo exterior comience a vernos como un país más estable, que ese riesgo país baje, que honremos el pago de deuda que se viene fuerte en el 2024 y el 2025, entre esos dos años son casi $ 19 mil millones.

Usted tiene el apoyo del PSC. ¿Cómo se dio este acercamiento?

Hay tres personas que me motivaron a lanzarme a la presidencia. Una de ellas fue Josué Sánchez, exvicealcalde de Guayaquil; me he hecho muy amigo de él, es un tipazo, un excelente empresario, él comenzó a decirme, oye, deberías pensar en la Presidencia, armemos el plan de gobierno. Ya después nos reunimos con Jaime Nebot, y fue una reunión muy buena, muy grata, porque coincidimos en las dos cosas que más definen al PSC: cómo manejar la inseguridad y cómo administrar correctamente recursos públicos para favorecer al pueblo.

Volvamos a su experiencia en seguridad. Usted dice que entró en la Legión Extranjera, que peleó en Siria y en Ucrania, ¿cómo es que llegó allá?

Bueno, primero yo terminé la secundaria y me fui a enlistar en el Ejército ecuatoriano. No me cogieron, me dijeron que no pasé el examen visual. Luego me voy a la universidad a Estados Unidos y eso también quiero conectarlo con lo que dicen que soy un mercenario, no, es lo opuesto a eso. Estuve en la mejor universidad de finanzas del mundo, me voy a trabajar a Wall Street, ganaba súper bien, ¿pero qué pasó? Yo entro a la universidad en agosto del 2001, meses después viene lo de las Torres Gemelas. Tenía muchos amigos que comienzan desertar de la universidad para meterse al Ejército. Y me entró un cargo de conciencia porque uno se siente súper cómodo mientras tus panas están donde los papas queman. Aparte que tengo un abuelo que viene en la tradición militar, héroe de guerra y todo. Entonces me metí a la Legión Extranjera. Un mercenario se mueve por el dinero. Yo fui lo opuesto. Porque lo que ganaba en Nueva York versus lo que me pagaban en la Legión era muy diferente... ¿Por qué voy a Siria? Porque el presidente se volvió loco. Assad (Bashar Háfez al-Ássad) comenzó a lanzar bombas químicas. Eso estuvo mal.

¿Pero usted fue como legionario o por el Ejército de Estados Unidos?

En Siria tenías tres grupos: dos, yo díría, “malos”, y el “bueno” donde estaba yo. El malo es este que lanzaba bombas químicas contra su propia gente, y cuando yo estuve ahí el segundo grupo todavía no existía, pero muy pocos meses después se comenzó a formar lo que se hizo el ISIS (Estado Islámico); y yo estaba en un tercer grupo, estaba combatiendo justo al noroeste de Aleph. ¿Cómo voy allá? Voluntario.

¿Y cómo llegó a Ucrania?

Me voy a Madrid por un tema de mi padre. Me pongo a conversar con el taxista que me está llevando a la ciudad. Y le digo: ¿Qué hiciste el fin de semana? Me dijo me fui a Lviv y me traje refugiados a mi casa. Entonces, igual que con el tema de la Legión, sí sentí un cargo de conciencia. Entonces me enlisté en el ejército formal de Ucrania y me pusieron en una unidad pequeña de fuerzas especiales.

Siempre se dice que los soldados regresan con secuelas psicológicas... ¿a usted le pasó?

Uno ve cosas feas. Una de las razones por las cuales me voy de Siria y de Ucrania rápido es que uno ve cosas con las cuales no está de acuerdo, y tal vez no tienes el poder para cambiarlas, pero no quieres ser partícipe. Que me haya traumado, no creo. Yo estuve casi la mitad de mi vida laboral en ese tema del Ejército. Sí genera cierta fortaleza, resiliencia mental o estoicismo frente a estas cosas... y conectándolo al tema de la presidencia, se viene una lucha difícil y no veo que nadie más tenga ese temple. (I)