Pese a que la Revolución Ciudadana designó al exvicepresidente Jorge Glas como su opción para la Presidencia de República y este declinó participar en esta ocasión, sobre él sigue pesando la pérdida de sus derechos políticos, aunque haya recibido una medida cautelar. Glas, desde que se ejecutó su sentencia, no puede votar, ser candidato a dignidades de elección popular ni ejercer un cargo público por 25 años; y, aunque este tiempo se cumpla, la inhabilitación para candidatizarse se mantendría de por vida, por haber sido sentenciado por cohecho, según la Constitución.