Ecuador históricamente ha demandado, a través de varios gobiernos, la exención del visado Schengen. En 2016, el país no formó parte del proceso que permitió exonerar de visados a sus vecinos de Colombia y Perú. Por ello, el presidente de la República, Guillermo Lasso, en varias ocasiones ha manifestado la importancia de obtener la eliminación de este visado.

Una de sus últimas declaraciones al respecto fue cuando, a través de su cuenta oficial de X (Twitter), compartió que le había pedido al presidente del Gobierno español y actual presidente del Consejo de la Unión Europea, Pedro Sánchez, que España agende una propuesta de exención del visado en la Comisión Europea, pues Ecuador ya ha cumplido los requisitos, como la implemetación del pasaporte biométrico.

Analistas apuntan que, en efecto, los requisitos para lograr la eliminación del visado ya se están cumpliendo, pero los altos niveles de migración que tiene el país hacia ese bloque europeo y la cantidad de visas Schengen que se han negado pueden influir en que se demore la resolución del Parlamento Europeo, por la “desconfianza” hacia un posible flujo migratorio ilegal. Destacan que dependerá de cómo se mueva la diplomacia europea y de su “buena voluntad” para otorgarla.

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Carlos Estarellas, analista internacionalista, menciona que, aunque el Gobierno de Lasso se ha pronunciado sobre la exención del visado Schengen, lo que debería tener el Ejecutivo es una posición clara, mediante una política de Estado para lograr la exoneración. Algo que también, dice Estarellas, el actual mandatario se ha demorado en gestionar.

“Es que el servicio exterior no es una dádiva, no es una canonjía: es una responsabilidad republicana, y debieron haberlo hecho desde el primer día. El primer día ponerlo en la agenda como algo fundamental, como política de relaciones exteriores, que se haga todo lo posible y todo lo necesario para que se nos exonere”, expresa.

Además, señala que el que el país no tenga aún la exoneración no es “culpa” del Gobierno actual, sino que la decisión que tomó el expresidente Rafael Correa, quien se negó a suscribir el tratado, es lo que ha prologando mucho más que se logre la exención, pues, a su criterio, era un acuerdo que se debió hacer en esa oportunidad.

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“Lo lógico habría sido que el Gobierno hubiera tenido una posición clara sobre solicitar la exoneración de la visa, es decir, una política de Estado. Hemos estado, lo que yo veo, en zigzag. No ha existido una política de Estado del Gobierno de decir: ‘Vamos a conseguir la exoneración’. Yo no estoy diciendo que es culpa del Gobierno actual, porque fue el Gobierno del señor Correa el que se negó a suscribir un tratado de libre comercio con la Unión Europea. En su oportunidad, a tiempo lo hicieron Colombia y Perú; y, como lo hicieron a tiempo, les exoneraron de la visa. No es el tratado como tal lo que los exoneraba de la visa, sino que por haberlo suscrito a tiempo la Unión Europea los exoneró. Nosotros nos demoramos demasiado; firmamos un tratado igual, y ya no nos exoneraron de esa visa”, comenta.

Estarellas explica que, si bien el pasaporte biométrico es uno de los requisitos pedidos por la Unión Europea para obtener la exoneración, hay otros requisitos, como que el país tenga un sistema democrático, que se respeten las funciones del Estado, que exista seguridad jurídica, que haya seguridad para la población, que se respeten los derechos humanos, entre otros.

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No obstante, destaca que el alto índice migratorio de la población ecuatoriana puede ser un obstáculo para lograr la eliminación del visado.

“Están migrando muchas personas, básicamente a dos lugares, a Estados Unidos y España; y eso es producto de lo que ocurre en Ecuador: una delincuencia imparable. Entonces, la gente, especialmente la gente joven, se está yendo. Entonces, quizás eso podría demorar un poco este proceso”, menciona.

En tanto, Michel Leví, doctor en Jurisprudencia y analista internacional, dice que la gestión depende de que el presidente actual del Consejo de la Unión Europea presente en la agenda la petición del país y que el Parlamento Europeo considere el pedido, y dependerá de cómo se mueva la burocracia internacional, por tener una administración más compleja.

“En ese caso, si la Presidencia española lo vuelve a poner en la agenda, obviamente la Comisión emita el informe y pase nuevamente al tratamiento del Parlamento Europeo el pedido hecho por todos los miembros de la Unión Europea para que se elimine la visa para los ecuatorianos. Entonces, depende un poco de cómo se mueva toda la burocracia; ellos tienen una administración más compleja en la que requieren justamente informes”, menciona.

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Agrega que Ecuador ya cumple con los requisitos para obtener la exención del visado Schengen, pero coincide con Estarellas en que la Unión Europea tendrá que evaluar aún las condiciones migratorias del país y el porcentaje de visas rechazadas y su causa.

“Los requisitos ya formales de Ecuador los cumplen ya; ya están. Lo que se requiere básicamente es que la Unión Europea considere esos requisitos del Estado actual, de las condiciones actuales del Ecuador en torno a esos aspectos y a otros aspectos, como son los tratamientos de visas, el número de visas rechazadas, las causas y demás. En el momento en que esa información la tenga en su poder, va a poder tomar una decisión motivada sobre la legislación. Yo creo que es factible, pero obviamente es todo un proceso, y el presidente tiene que seguir el procedimiento”, comenta.

Leví menciona que el proceso toma tiempo, por ser una estructura un poco más compleja, al ser instituciones conformadas por varios Estados miembros de los que se requiere, en algunos casos, que esos validen la decisión. Destaca que dependerá de la “voluntad y motivación” del organismo internacional.

“Depende mucho de la motivación que tenga la Unión Europea; si le interesa, además, aprobarlo en un tiempo adecuado. Obviamente, tiene que pasar por los procedimientos administrativos de la Comisión al Parlamento, del Consejo a la Comisión y demás, pero lo pueden hacer relativamente rápido, si es que tienen el tiempo. Entonces, ahí depende un poco de cómo la diplomacia cotidiana se mueva del marco europeo, de la decisión europea. (...) Si ellos tienen el interés y la voluntad de hacerlo, pues, van a mover la estructura para que esto salga en un plazo adecuado”, subraya.

Con esto coincide Mauricio Gándara, internacionalista y exembajador de Ecuador, pues indica que, a pesar de que Ecuador tenga los requisitos, la resolución dependerá netamente del Consejo Europeo, por ser un trámite burocrático de la diplomacia europea. Además señala que al tener un porcentaje alto de migración no “le da confianza” al organismo para otorgar la eliminación del visado, por la posibilidad de que los ecuatorianos migren ilegalmente.

Por otro lado, Gándara explica que, aunque el presidente Lasso le haya pedido al presidente Sánchez que se agende la propuesta, esta “no tiene valor ni sentido”, porque dice que España solo es uno de los miembros que integran la Unión Europea, y depende de la “buena voluntad técnica” del organismo.

“Ninguna de esas cosas (requisitos) a las que se han referido es trascendental para la concesión de la misma. Ni el pasaporte biométrico ni lo que le digan al presidente del Gobierno español. Esta es resolución del Consejo de Europa. El Gobierno español no es sino uno de los 27 miembros. Y es que eso no tiene valor ni sentido. Hay unas comisiones de Europa que resuelven sobre todas estas cosas. Nos negaron la vez pasada porque no les damos confianza de que vamos a cumplir, por la cantidad de inmigrantes. Este es un trámite burocrático de la diplomacia europea y poco podemos hacer en eso. Cumplimos los requisitos, nuestros papeles, pero no les damos confianza. Lo que se trata es de que hay una fiebre de ecuatorianos emigrantes que probablemente usen eso, y de eso tienen temor, para quedarse por allí escondidos y quedarse como emigrantes ilegales. Ese es el temor”, subraya. (I)