Desde la capital israelí, la vicepresidenta Verónica Abad debe colaborar por la paz, la única función que el presidente Daniel Noboa le encomendó. Para expertos, el alcance que pueda a tener su gestión durante los pocos meses que permanecerá en ese territorio dependerá si las partes en conflicto la llegan a considerar como un puente de diálogo o mediadora y si aprovecha el rol que tiene actualmente Ecuador como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Aún no se conoce la fecha exacta en que Abad viajará hasta Tel Aviv, pero desde que le fue asignada lo que calificó como una “alta función” ya hecho gestiones. El 28 de noviembre, solicitó al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, sumarse a la mediación de Qatar con el apoyo de Egipto y Estados Unidos.

A nivel nacional, solicitó al Ministerio de Relaciones Exteriores un informe sobre las acciones que han hecho en representación de Ecuador, respecto al conflicto. Otro más donde se explique la situación de la embajada en Israel y se detalle si se cuenta con las facilidades por parte de la Embajada y la residencia en Tel Aviv para ella y su equipo.

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A las carteras de Gobierno y Defensa pidió coordinar todo lo referente al personal de las Fuerzas Armadas y policiales que se desplazarán con ella para precautelar su seguridad, la de sus hijos a su cargo y la de equipo.

La tarde del 29 de noviembre, la vicepresidenta Verónica Abad (i) recibió de la canciller Gabriela Sommerfeld información para el buen desempeño de sus funciones en la embajada ecuatoriana en Tel Aviv. Foto: Tomado de X (@Vice_Ec)

La guerra en la que debe mediar Abad se inició el pasado 7 de octubre cuando milicianos islamistas irrumpieron en el sur de Israel, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a unas 240, según las autoridades israelíes. En respuesta, Israel desató una campaña de ataques aéreos y terrestres en Gaza que, según el gobierno de Hamás en el territorio palestino, ha dejado hasta ahora más de 15.000 muertos, igualmente civiles en su gran mayoría.

‘Abad no será embajadora y necesitará aprobación de partes en conflicto’

El papel que llegue a tener Abad en medio del conflicto bélico entre Israel, el grupo Hamás y la Autoridad Nacional Palestina, será simbólico dice Esteban Santos, catedrático de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de las Américas (UDLA), para quien la tarea asignada deja en claro que no tendrá el rol de una embajadora.

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“No tendrá ningún tipo de función consular si no de exclusivamente velar por la idea de la paz en Medio Oriente, pero para eso jurisdicción y competencia. Necesita la aceptación tanto del gobierno israelí como de la autoridad palestina o del grupo Hamás y no la tiene ni se ha hablado del tema”, explica.

Israel ya dio su visto bueno a través de su embajada en Ecuador y restaría que se pronuncie la Autoridad Nacional Palestina. Ecuador reconoció a Palestina como un estado libre e independiente, con las fronteras de 1967, en el 2010 durante el gobierno de Rafael Correa. En total hay 139 países a nivel mundial que lo reconoce.

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No obstante, esa aprobación dice Santos que es poco probable que se consiga y que se debe tener en cuenta que ni Estados Unidos, ni Qatar, ni Egipto han logrado poner un alto al fuego y lo que han conseguido son treguas temporales.

“Si ninguna de las potencias ni las mismas Naciones Unidas han logrado el alto al fuego, qué nos hace pensar que la señora Abad va a lograr una agenda internacional diferente”, explica y dice que en caso de que las partes aceptarán la intermediación de Abad, lo que sigue es recién ahí establecer las reglas para llevar una agenda de negociación, que demoraría meses, y solo estará en ese país un poco más de un año.

Para Francisco Carrión, excanciller ecuatoriano, el presidente Daniel Noboa coincide en que el reconocimiento oficial de mediadora será necesario. Asimismo, dice que el mandatario pudo haberse evitado que se cuestione su designación si optaba por nombrar a Abad como embajadora oficial ante Israel, aunque esto limite sus reuniones y acciones solo en favor de ese país.

Explica que ese cambio de rol a un vicepresidente no habría sido algo nuevo ya que a nivel regional países como Colombia y Perú ya lo hicieron en su momento y regresaron cuando lo ameritó.

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Subraya que aún está a tiempo y que esto pondría fin a que se piense que la designó para un cargo que no existe en el derecho internacional ni en la diplomacia.

“El presidente se buscó un problema innecesario, si tenía diferencias era mejor que le encargue la embajada como embajadora y con un rol diplomático”, subraya.

Fotografía tomada desde el sur de Israel, cerca de la frontera con la Franja de Gaza, muestra humo saliendo de los edificios después de ser alcanzados por ataques israelíes, mientras se reanudan las batallas entre Israel y militantes de Hamás, el 1 de diciembre de 2023. Foto: AFP

Abad puede aprovechar que Ecuador es parte del Consejo de Seguridad de la ONU.

Santiago Pérez, analista y catedrático de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Técnica Particular de Loja, difiere y dice más bien que ya Abad cuenta con el beneplácito de parte de Israel, cuando su Embajada en Ecuador saludó la decisión de Noboa. Una acción que se replicó también en las casas diplomáticas de EE. UU., Rusia y China.

Pérez explica que las principales funciones que la vicepresidenta puede liderar en Tel Aviv serán mantener conversaciones con altos diplomáticos, el Consejo de Seguridad y tender puentes para tomar como país más protagonismo en la mediación del conflicto, sin conllevar que ella llegue a estar en primera línea del conflicto ni que su vida corra peligro.

La función que tendrá Abad se puede apoyar en la participación que hasta el 2024 tendrá Ecuador como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

“Dentro de la Carta de la ONU y de los poderes o funciones del Consejo de Seguridad están justamente el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, investigar controversias y situaciones que pueden crear fricción, entre otras, y la designación de la vicepresidenta con la intención de mediar por la paz puede fortalecer esta tarea”, explica.

La vicepresidenta Verónica Abad en una foto de archivo. Foto: AFP

El alcance real de lo que Abad pueda lograr en favor de la paz, dice Pérez que dependerá también de las posibilidades que le entreguen las partes en conflicto y si llega a ser considerada un puente de diálogo o mediadora.

“El conflicto está en pleno auge y el rol que tiene Ecuador en el Consejo de Seguridad le puede permitir encontrar ese espacio y le permita a la vicepresidenta aportar de alguna manera a la gestión del conflicto”, opina.

Por su parte, Santos subraya que la vicepresidenta tampoco irá hasta Israel por méritos o trayectoria diplomática y que al haber aceptado lo que está haciendo es alejarse del presidente Noboa y evitarse una discusión jurídica.

“La vicepresidenta se irá básicamente a un exilio a cumplir un rol simbólico y deberá esperar a cuando tenga que suceder por unos pocos meses a Noboa en la campaña electoral en el 2025 si se candidatiza″, dice. (I)