Carlos G., alias Comandante Carlitos, pasó en cuestión de horas de ser un exitoso ‘empresario’ a ser el nuevo interno de la cárcel La Roca, la prisión de máxima seguridad de Guayaquil, en la cual actualmente están recluidos desde terroristas a exfuncionarios y jueces.

Señalado por la Policía como el cabecilla de una organización dedicada al narcotráfico a gran escala, Carlos G. llegó a esa prisión el viernes 5 de abril, tras la audiencia de flagrancia y hoy ocupa una de las celdas unipersonales y se encuentra incomunicado.

Policía investiga si alias ‘Comandante Carlitos’ tiene relación con el crimen de ‘Samir’ en una urbanización de vía a la costa en 2023

El hombre de 40 años fue capturado la semana pasada en un recinto de Samborondón, provincia de Guayas, donde había construido una casa con club social que llamaba bastante la atención de los habitantes de la zona.

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La Policía realizó 30 allanamiento y logró la captura de 10 personas, entre esas Carlos G. conocido como " Comandante Carlitos" en la vía a Tarifa. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Además, en la fachada del predio tenía una gran ferretería y figuraba como el dueño de una empresa de seguridad que brindaba sus servicios a distintas compañías y hasta urbanizaciones de zonas exclusivas de Guayaquil.

Eso le permitía tener permiso para portar armas y que sus hombres puedan recorrer por tierra y agua distintas zonas de Guayaquil con armamento y sin que sean detenidos, según la Policía.

Incluso habría adquirido un par de camaroneras, negocios en los que, de acuerdo con los investigadores que lo siguieron por casi dos años, lavaba el dinero del narcotráfico.

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La investigación revela que Comandante Carlitos manejaba las rutas del golfo de Guayaquil para contaminar los buques que salían de los puertos, tras la muerte de alias Samir.

Incluso habría establecido “garitas” a lo largo de 93 kilómetros del estero Carrizal. Eran hombres en hamacas que se escondían entre los mangles y que con radios de comunicación avisaban a sus cómplices cuando pasaba la embarcación de la Infantería de Marina.

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Así se podían esconder de los uniformados y salir en un momento “seguro” para llegar al área de los buques que zarpaban.

Una lancha de la Infantería de Marina ejecuta controles para contrarrestar el narcotráfico y el tráfico de combustibles en la zona fronteriza y en los accesos del golfo de Guayaquil.

Aunque Carlos G. era bastante conocido en el mundo criminal y tenía su propia organización, no cuenta con un amplio historial delictivo.

En el sistema judicial solo constan dos procesos. Uno por tenencia de armas en el 2012 y el caso de narcotráfico que se abrió para él y nueve de sus presuntos cómplices la semana anterior.

Cuando fue capturado la primera vez por realizar disparos en el Guasmo, Comandante Carlitos dijo en el juicio que era un reciclador de metales y que era evangélico. Le dieron seis meses de cárcel y luego salió y se mantuvo lejos de los tribunales.

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Doce años después era el dueño de varias compañías y manejaba su propia organización a la que la Policía le habría decomisado en los últimos dos años cerca de 5 toneladas de cocaína. Además, se había capturado a 18 miembros de su grupo.

Alias ‘Comandante Carlitos’ tenía ‘garitas’ a lo largo de 93 kilómetros del estero Carrizal para contaminar con droga los buques

Algo que llama la atención de este detenido es que, según los investigadores, no estaba aliado a las otras bandas que operan en la zona, aunque al principio se pensaba que era parte de Los Águilas, brazo armado de Los Choneros.

Pese a su discreción, sí apareció Carlos G. en el listado de los 19 delincuentes más buscados y objeto de alto valor que establecieron Policía y Fuerzas Armadas al inicio del estado de excepción, en enero pasado.

La lista está encabezada por Comandante Pico, Colón Pico, señalado como cabecilla de Los Lobos, que huyó de una cárcel en enero pasado, al día siguiente de la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, cabecilla de Los Choneros. (I)