La Fiscalía consiguió una pena máxima agravada de 29 años y 4 meses de cárcel para Carlos I. Un Tribunal de Garantías Penales de Manabí lo declaró culpable de violación. El individuo cometió el delito contra una adolescente en septiembre de 2022.
El hecho fue delatado por la mamá de la víctima, quien informó a la policía que su hija habría sido agredida por parte de un vecino.
Según el relato de los acontecimientos, la adolescente (que tenía 13 años a la fecha de los hechos) se había quedado sola en su casa, y el agresor con el pretexto de pedirle agua, ingresó y cometió el delito.
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La joven no contó nada de lo ocurrido a sus familiares durante algunas semanas, a causa de las fuertes amenazas de muerte que recibía.
En medio de esta situación, la madre de la víctima observando el cambio de comportamiento insistió en saber lo que estaba pasando, entonces su hija le contó que fue agredida sexualmente.
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La Fiscalía practicó las pruebas pertinentes, lo que permitió la obtener los suficientes elementos de convicción para formular cargos en contra del sujeto.
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En el proceso, el fiscal del caso sustentó como pruebas principales el testimonio anticipado de la víctima, en el que identificó a su agresor para después narrar los hechos. Además, se integró el testimonio de la madre que fue coincidente con lo expresado por la víctima.
En la audiencia de juzgamiento se presentó también el informe de reconocimiento del lugar de los hechos, asimismo, los resultados de los exámenes físico, ginecológico y psicológico practicados a la víctima.
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Se evidenció que producto de la agresión sexual la adolescente quedó embarazada y presenta secuelas de traumas emocionales.
Las pruebas presentadas fueron estudiadas por el Tribunal, que concluyó que el delito existió, imponiéndole la pena máxima determinada para ese tipo de infracción. (I)
