Apenas había empezado diciembre cuando la ciudad se conmocionó por la muerte de Justin, un niño de 12 años que fue tomado como escudo humano en medio de un sicariato. Él estaba en la barbería del papá y un sicario llegó para asesinar a un cliente. Justin recibió un disparo mortal en la espalda y se convirtió en una víctima colateral de la violencia en el país. Su padre también fue alcanzado por una bala, pero sobrevivió.