Virginia Muñoz y Mario Baquerizo, los padres de Lisbeth Baquerizo, protestaron casi a diario afuera de la Fiscalía de La Merced durante meses para exigir al fiscal Luis Machado, entonces a cargo de la investigación del presunto femicidio de su hija, que se emitieran las órdenes de detención para los sospechosos del crimen.