Como una película de terror se cuenta la historia de Lissa C., la mujer de 28 años que acumula una serie de sentencias: tres por asesinato y una por ingreso de objetos prohibidos al interior de la cárcel en la que se encuentra recluida.

El envenenamiento de sus hijos, de 5 y 9 años, fue el inicio de todo. El 27 de octubre de 2020, los habitantes de Pifo, una parroquia del nororiente de Quito, se sorprendieron con la noticia de que una madre envenenó a sus dos hijos, a quienes la policía encontró acostados en una cama y sin signos vitales.

Lissa fue trasladada a un hospital del sector, también con síntomas de envenenamiento. Una vez que fue estabilizada, estuvo detenida con fines investigativos. El padre de los niños, quien estaba separado de ella, reclamaba justicia. Sus familiares señalaron que él también se había salvado de envenenamiento días atrás y que tuvo que ir al hospital de emergencia.

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Confuso hecho de envenenamiento al nororiente de Quito: dos niños muertos y un cuerpo sin identificar enterrado bajo un lavabo

Una mujer que trabajó por unos días cuidando a los hijos de Lissa también se salvó de morir. Apenas empezó a sentirse mal, acudió a su casa y la trasladaron a un centro de salud. Un vecino alertó a emergencias al ver a Lissa C. aquejada de fuertes dolores en el estómago. Cuando llegó la ambulancia se confirmó la muerte de los niños y se llamó a la Policía.

En agosto de 2021 fue hallada culpable de la muerte de sus dos hijos. Fue sentenciada a 34 años y 8 meses de cárcel, con la pena máxima agravada.

Relación con otros asesinatos

El mismo día, en el levantamiento de los cuerpos de los hijos de Lissa C., los agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased) y Medicina Legal identificaron cemento fresco bajo el lavabo de la cocina de ese departamento. Al remover el material encontraron el cuerpo de un adulto, envuelto en una cobija.

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En las investigaciones futuras se conoció que se trataba de un hombre al que también envenenó e intentó esconder bajo una capa de cemento. Por este caso recibió una sentencia de 22 años de prisión.

Sin embargo, este no fue el fin de sus delitos. El 11 de junio de 2020, Marco E. fue encontrado en su departamento sin vida, con espuma saliendo de la boca. En el levantamiento de indicios, los agentes encontraron huellas digitales en una botella de cerveza; en las pericias de cotejamiento coincidieron con las de Lissa C.

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Sentencia de 34 años y 8 meses para mujer que envenenó a sus dos hijos en la parroquia Pifo

Esa tarde de junio habrían consumido algunas cervezas los dos compañeros de trabajo en una florícola de Pifo. La mujer habría puesto la sustancia tóxica con la que cometió los demás delitos en la bebida de Marco, quien finalmente murió envenenado.

En la mesa de aquel departamento se quedó una jarra con agua que también estuvo contaminada con dicha sustancia, la cual fue consumida por la viuda de Marco E. y sus hijos, quienes terminaron en un hospital, pero salvaron su vida.

Por este caso fue juzgada el 18 de julio de 2023, después de ser encontrada culpable. Con todas las pruebas entregadas por Fiscalía, la sentenciaron a 22 años de cárcel.

Juez dispuso detener a madre de menor que murió con signos de maltrato en Guayaquil

Se desconoce qué tipo de sustancia es la que usó Lissa C. para cometer la serie de asesinatos y el intento de otros cuyas víctimas lograron salvar su vida. La familia de aquella mujer lamentó el trastorno del que ya había dado señales anteriormente. Ella había salido de su casa, en la parroquia de Yaruquí, por una pelea con sus allegados y decidió ir a Pifo.

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A los tres delitos de asesinato, ya sentenciados, Lissa C. suma otra sentencia por el delito de ingreso de artículos prohibidos a la cárcel. Por este caso la sentenciaron a cuatro meses de prisión en 2022, ella intentó ingresar un celular que tenía escondido bajo su pantalón, a la altura de la cintura.

Así, la historia de una asesina en serie estremece a quienes conocieron el primer caso, y se comenta entre los vecinos para evitar que vuelva a suceder. (I)