Unos 30 quintales de arroz se preparan a diario en la cocina industrial de la cárcel Regional de Guayaquil, desde donde se distribuyen los alimentos a los cuatro pabellones de esa prisión de máxima seguridad y a los nueve de la Penitenciaría.
También desde esa cocina se lleva en tarrinas la comida a los 72 presos que están actualmente en La Roca, a los reos del Centro de Detención Provisional (CDP) y a la cárcel de mujeres.
Es una logística compleja porque son en total 12.500 personas privadas de libertad que deben recibir sus comidas luego que Lafattoria, proveedor del servicio de alimentación en reclusorios, suspendió este viernes 31 de mayo el servicio en cárceles y centros de infractores de Guayas aludiendo falta de pagos del Gobierno.
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Esta empresa indicó que la suspensión corresponde a la provisión de servicios de alimentación en la División Administrativa Territorial 3, que incluye todos los centros de rehabilitación social, centros de adolescentes infractores y unidades de aseguramiento transitorio de Guayas.
Hasta el viernes estuvo ahí personal de la empresa, pero tras su salida, el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) quedó a cargo y empezaron a organizarse para no dejar desatendida a la población carcelaria.
Entonces convocaron a unos 40 reos de distintos pabellones y de diferentes cárceles del complejo de Guayaquil.
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“No solo les gusta cocinar, sino que algunos de ellos hasta han trabajado en las cocinas de hoteles y tienen experiencia cocinando para grupos grandes. Están haciendo malabares con lo poco que hay”, contó el militar a cargo de la seguridad en las cárceles, quien detalló que escuchó que para este martes 4 de junio iban a comer arroz con menestra de lenteja y carne.
Los miembros de las Fuerzas Armadas están pendientes de cada movimiento de estos privados de libertad, quienes en largas mesas cortan la carne, pican los vegetales para la ensalada y cocinan miles de huevos para entregar a sus compañeros que requieren proteína.
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Además, con palas metálicas mueven el arroz que se cocina en grandes contenedores. Se calcula que son ocho porciones que se reparten por cada libra de la gramínea.
Es una logística compleja, pero se está resolviendo, insistió el comandante que está a cargo de esta cárcel.
Él detalló que hasta el viernes 31 de mayo tuvieron las tres comidas los reos, es decir, desayuno, almuerzo y merienda. Sostuvo que el sábado 1 de junio se les dio desayuno y un almuerzo a las 14:00.
El domingo 3 de junio, las personas privadas de libertad solo tuvieron una comida, pero el lunes volvieron a recibir dos comidas, admitió el militar.
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Este lunes, afuera de la Penitenciaría se receptaron donaciones de latas de atún que llevaron los familiares, pero el uniformado dijo que las latas pueden ser peligrosas porque podrían ser usadas como armas por quienes cocinan, por eso recomendó mejor llevarles atún en sachés, como las raciones que reciben los militares.
Él reconoció que se necesitan alimentos y que el SNAI está trabajando contra reloj para concretar un nuevo contrato con una empresa que asuma el servicio y que dé tres comidas a los 12.500 presos de las cinco cárceles del complejo penitenciario de Guayaquil.
Se espera que en un par de semanas ya se tengan noticias de una empresa que asumiría el contrato, reveló el uniformado y dijo que sí se receptan donaciones. Que requieren arroz, granos y proteínas.
Esperan que la empresa privada pueda colaborar para sostener a los reos en este momento de emergencia. (I)