El psiquiatra Cristopher Moreno Granda es el primer narcólogo graduado que trabaja en el país. Es un médico machaleño que se graduó en la Universidad de Guayaquil y luego hizo su especialización en Rusia.

En ese país durante tres años estudió Narcología (división de la medicina que estudia las manifestaciones del alcoholismo crónico, la drogadicción y el abuso de sustancias) en el Russian National Research Medical University y cuenta que cuando llegó con su título a Ecuador y trató de validarlo en la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) en la entidad no sabían cómo proceder porque nadie más había tramitado esta especialización. Aunque le tomó algunos meses, finalmente culminaron la validación.

Desde agosto de este año Granda está a cargo del programa de Atención y Prevención del Consumo de Drogas del Municipio de Guayaquil y a propósito de la derogatoria de la tabla de drogas EL UNIVERSO lo entrevistó para conocer cómo cambiaría la situación de los consumidores ante la primera decisión del presidente Daniel Noboa.

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¿Qué consecuencias traerá la derogatoria de la tabla de drogas?

La derogatoria a largo plazo va a tener un aumento de atenciones de personas con problemas de consumo porque van a ser criminalizadas y en la búsqueda de evitar esto van a volcarse a los centros de salud. Pero eso será a mediano plazo, no es un efecto inmediato, porque no se conocen aún las medidas a tomar después de la derogatoria. Este aumento de atenciones será sobre todo en el Guayaquil, donde hay mucho consumo de H. El IESS, Salud Pública, los centros privados y los municipales debemos prepararnos.

¿Usted estaba a favor o en contra de la tabla?

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Ni manteniendo la tabla, ni eliminando la tabla se va a cambiar la realidad actual del consumo en el país, esto existe y se intensificó. Lo que tenemos que hacer es enfocarnos en los programas de prevención.

¿Qué programas de prevención tiene el Municipio?

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Hay tres ejes: a nivel educativo, a nivel de comunidad y a nivel laboral estamos dando charlas. Hemos visitado escuelas todos los días desde agosto, también hemos ido a los barrios tras hacer el contacto con los líderes barriales y convocar a las comunidades. Además, estamos yendo a empresas. Porque el programa no consiste solo trabajar en la desintoxicación, sino solo estaríamos aguantando las consecuencias. Este programa da varias opciones para ayudar a los pacientes a cerrar el ciclo. Hablamos de prevención, de rehabilitación y de inserción en el sistema educativo y laboral.

¿Cómo se da esta inserción de los pacientes rehabilitados?

El programa hace que entre 49 y 55 personas mensualmente ingresen al sistema educativo y al sistema laboral. Quienes hayan abandonado los estudios los retoman en el nivel donde se quedaron; hay quienes han vuelto a la primaria, a la secundaria, otros bachilleres han logrado entrar a la universidad y a institutos técnicos.

También en el programa se incentiva el emprendimiento y, por ejemplo, hace poco se tuvo un taller para enseñarles sobre la elaboración de productos químicos. Así las personas que salen de rehabilitación pueden elaborar y vender cloros o desinfectantes. Aprenden un oficio y tienen sus ingresos.

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En Guayaquil hay cupos en los centros públicos para la rehabilitación, pero faltan pacientes que vayan por su ‘voluntad’

¿Adónde pueden acudir las personas que quieren rehabilitarse?

Tenemos seis puntos de atención: hospital Bicentenario, Cetad de Bastión, Móvil 30 (clínica móvil que ahora está en la Playita del Guasmo), el Polifuncional Zumar (Mucho Lote), el CAMI Fertisa y en el dispensario de Posorja. Hay médicos, psicólogos y auxiliares en enfermería en todos estos sitios y se los atiende cuando llegan. No se les da una cita, ni se les da una receta. Ellos pueden llegar y de una vez se les hacen las pruebas y se les aplican los medicamentos. En el Bicentenario y en el Cetad de Bastión hay internamiento para desintoxicación y en el resto se siguen los programas ambulatorios que funcionan a largo plazo.

En el Centro de Desintoxicación de Mujeres de Bastión Popular hay actualmente 17 pacientes internadas en etapa de desintoxicación. La capacidad del centro es para 20 mujeres adultas. Tras la desintoxicación que dura hasta 28 días, llevan el programa de forma ambulatoria.. Foto Carlos Barros/El Universo. Foto: El Universo

¿Cuántos pacientes hay en desintoxicación ahora en los centros municipales?

En el hospital Bicentenario hay actualmente 12 hombres y en el Cetad de Bastión Popular hay 17 mujeres en etapa de desintoxicación, están internados. La capacidad en los centros es para 20 personas. Tras la desintoxicación que dura de 10 a 28 días, llevan el programa de forma ambulatoria. Son, en promedio, unas 5.000 atenciones mensuales en total.

¿Cómo saber si el paciente no va a volver a consumir en casa?

Mientras el paciente está ingresado en desintoxicación y aprendiendo sobre su enfermedad, afuera los familiares, los padres, pareja e hijos están también trabajando en terapia, se está educando a la familia porque la familia es una espada de Damocles, puede ser contención para el paciente o el primero que desate el deseo de consumir. Educamos al marido, a la mujer, al padre, al abuelo, con quien vive el paciente. Al mismo tiempo una trabajadora social hace una ficha socioeconómica para que los pacientes, si se mantienen sin consumir, puedan ingresar al programa de inserción educativa y laboral.

¿Cómo se mide la efectividad del programa?

Hay consultas psicológicas semanales o quincenales, como lo requiera el paciente y también campañas gratuitas para hacer pruebas de drogas cada quince días. Ahí vemos quiénes han recaído y son nuevamente ingresados al programa de desintoxicación. En octubre se hicieron 846 pruebas a pacientes que están en etapa ambulatoria. El 70 % de los pacientes salieron limpios y el 30 dio positivo. Tenemos un promedio de 80 % de efectividad, los pacientes se mantienen sin consumir.

¿Qué pasó con el proyecto para construir un Cetad para hombres?

El Concejo cantonal debe aprobarlo y deben buscar los recursos para la construcción y el mantenimiento porque aquí (Cetad de mujeres de Bastión Popular) hay médicos 24 horas, enfermeras 24 horas, seis comidas diarias (tres fuertes y tres colaciones) para las pacientes, contrato de seguridad, de limpieza, de manejo de desecho, sin contar el personal que trabaja en otras áreas. El costo de mantenimiento de un programa con esta calidad de servicio es alto. La alcaldía tiene que revisarlo porque no solo se desintoxica a los pacientes, sino que se hacen seguimientos, pruebas y análisis de datos.

Hay pocos días llegaron a Guayaquil 500 pruebas para detectar fentanilo en orina. Ya están en los centros de salud municipales y se alista el protocolo para su uso. Foto Carlos Barros/El Universo. Foto: El Universo

¿Qué pasó con la polémica del fentanilo?

Hace poco llegaron 500 pruebas para detectar fentanilo, ya están en los centros municipales y hoy se aprueba el protocolo para su aplicación, porque no se puede hacer a todos. Algunas pruebas ya se han realizado a consumidores, pero han dado negativo. Esto no significa que no se esté consumiendo este peligroso sedante en Guayaquil. Estamos en alerta porque solo una dosis de 2 microgramos de fentanilo puede ser mortal. (I)