Ibarra

El Control Integrado de Tababela, antes conocido como Mascarilla, en el límite entre Carchi e Imbabura se convierte en el principal filtro para la aprehensión de droga que viene desde Colombia por las parroquias orientales de Julio Andrade y El Carmelo (Carchi), en la frontera norte.

Los cargamentos en los últimos meses ya no necesariamente ingresan por el puente internacional de Rumichaca, allí opera un moderno sistema de escáner y videocámaras con consola y espejo de vigilancia interna que monitorea incluso movimientos nocturnos sospechosos y realiza un minucioso control migratorio.

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Ante los controles en Rumichaca, la droga y contrabando de mercancías ingresan por nuevas rutas que burlan, además, los controles policiales antinarcóticos en el sur de Tulcán y en Guagua Negro, en la E 35, en el tramo Tulcán-Julio Andrade.

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Este lunes, 8 de abril, en Tababela fue aprehendida media tonelada de cocaína, que estaba oculta en las paredes de un furgón. La exitosa operación contó con el respaldo del Centro Regional de Adiestramiento Canino.

El olfato del can ‘Zizi’ durante el rastreo efectuado en el vagón metálico de un vehículo de carga descubrió un compartimento en el interior de la estructura, donde agentes antinarcóticos identificaron oculto el cargamento.

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Los perros adiestrados del Centro Regional de Adiestramiento Canino realizan una tarea importante para la detección de drogas en el Centro Integrado de Tababela. Foto: Ricardo Cabezas

El conductor del automotor informó que había partido de Julio Andrade con destino a Quito, no obstante, durante la inspección y tras realizar cortes con equipos eléctricos de cerrajería a una de las paredes se encontraron 500 paquetes tipo ladrillo con cocaína prensada.

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Luis Cifuentes, jefe Antinarcóticos de Imbabura, indicó que realizado el pesaje la carga camuflada sumó 500 kilogramos. En esta acción fue aprehendido el extranjero Jimmy Anderson V. C., de 28 años, chofer del camión, quien fue trasladado al Centro de Detención Provisional de Ibarra y puesto a órdenes de las autoridades judiciales de Imbabura.

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Alejandro Flores, comandante subrogante de la Subzona de Policía de Imbabura, explicó que el alijo inmovilizado tiene un valor de $ 622.500 en Ecuador, precio que se incrementa en el mercado negro de Europa, donde podría alcanzar los $ 18 millones, mientras que en Estados Unidos, su costo estaría estimado en aproximadamente $ 14 millones.

Nueva ruta y nuevo sistema de ocultamiento

Según datos de la Jefatura de Investigación Antidrogas, en lo que va del año se han decomisado un total de 2,8 toneladas de sustancias sujetas a fiscalización en Imbabura, la mayoría habría ingresado al país en este año utilizando esta ruta que conecta a Julio Andrade con Colombia.

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La nueva modalidad que estarían aplicando las organizaciones transnacionales dedicadas al transporte de clorhidrato de cocaína entre los dos países pone al descubierto que los laboratorios de procesamiento ahora están más cerca de la línea de frontera, frente a Carchi, Esmeraldas y Sucumbíos.

La cercanía de esas infraestructuras de producción de sustancias sujetas a fiscalización con el territorio ecuatoriano, no solo acortan las distancias sino que disminuyen los riesgos de aprehensión que corren los cargamentos y los conductores de los vehículos contaminados en territorio colombiano, según los investigadores.

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De acuerdo con inteligencia antidrogas, una vez que ingresa la droga a Ecuador, en la ruralidad de la parroquia de Julio Andrade es almacenada en viviendas, donde es encaletada en furgones o cajones de camiones que son adaptados por mecánicos, que son los encargados de elaborar las caletas donde son ocultos los ladrillos prensados de “coca”.

Desde esos lugares salen los embarques encaletados en compartimientos modificados en los pisos, techos o paredes de los cajones de los camiones. Ha trascendido además que los conductores son reclutados en el centro poblado de la parroquia.

Las organizaciones narcodelictivas contratan a los tripulantes con un pago que va de entre $ 7.000 a $ 11.000 por viaje, dependiendo del volumen de la carga.

Familiares de jóvenes que han sido aprehendidos contaron que fueron engañados en unos casos, en otros que no midieron las consecuencias de vincularse a estas actividades ilícitas. (I)