Ténganlo en cuenta quienes esto leen: en España, los del parlamento votarían lo contrario si detectaran mayoría en contra de esas leyes de aborto, eutanasia, etc. Por lo tanto el problema gordo y preocupante es saber qué piensa una mayoría de gente sin formación, sin respeto a los demás, con una tendencia casi única de egoísmo, de vivir bien, de quitarse problemas. ¿Cuáles son las mentiras que circulan y por qué, para que muchos caigan en el engaño sobre lo esencial? No estamos hablando del salario mínimo o de leyes sobre el trabajo o sobre la universidad. Estamos hablando de la vida de las personas.
Y los que aprueban estas leyes criminales tienen una actitud crítica hipócrita sobre los nazis..., pero piensan de la misma manera, que esos niños no nacidos y esos viejos achacosos sobran, y por eso terminamos con ellos... Dándole la vuelta al argumento, deberíamos pensar en cómo educar a las personas en la generosidad, dar a los demás, darse a los otros, ayudar a los pobres, dedicar tiempo a los necesitados. Dedicamos demasiado tiempo a responder wasaps —generalmente sinsorgadas (sin importancia)— como para poder cuidar a un anciano, al abuelo, al pariente, al vecino, al amigo que ha terminado en una residencia de ancianos y le gustaría tanto tener un ratito de conversación conmigo. Estamos demasiado tiempo viendo series de televisión como para echar una mano en las actividades asistenciales que promueven nuestras parroquias. Muy ocupados como para ayudar en la formación de los que tienen menos medios. Cada vez que veo a un señor de mediana edad paseando al perro, pienso que es difícil que en nuestra sociedad haya un número de gente como para emprender una campaña verdaderamente cristiana, de caridad, de asistencia, de cuidado, etc.; y lo que sigue es el aborto, la eutanasia. Imagino que estarán contentos con el COVID que se ha llevado por delante a tanto “estorbo”. (O)
Jesús Martínez Madrid, Salt, Girona, España