Las migraciones se incrementaron huyendo de las absurdas guerras. Ancianos abandonados, niños hambrientos, más divorcios y suicidios. Pedofilia en iglesia, corrupción en gobiernos, mayor delincuencia. Más abortos, más femicidios y ‘matrimonios’ igualitarios; narcotráfico mundial, violencia, asesinatos y secuestros; tormentas, tsunamis, huracanes, erupciones, inundaciones, sequías; guerras ilógicas aspiran a dominio, hegemonía, poder...

Tú nos creaste y donaste la vida, el pan y el techo para vivir en paz. Nos enseñaste las diez reglas de amor, respeto, humildad y justicia. Tú nos prodigaste la gracia, la clemencia, el indulto y el perdón. Y la humanidad es procaz, ofensiva, agresiva, violenta, mordaz. El hambre, las drogas, los delitos, los homicidios, la corrupción, las inundaciones... Señor, ¿será escarmiento, apocalipsis? (O)

Guillermo Álvarez Domínguez, médico, Quito