Le sugiero que agregue en su programa de gobierno la rehabilitación del sistema ferroviario, por las siguientes razones:

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Primero, la movilización de productos alimenticios, indudablemente creará innumerables plazas de trabajo. Segundo, las ciudades de Quito y Guayaquil reducirán su crecimiento poblacional; el éxodo del campo a la ciudad será menos. Tercero, los habitantes del Ecuador a lo largo de la vía férrea aumentarán su actividad en los campos desde el momento que cuenten con un transporte propio para llevar al mercado de consumo su producción agrícola. Sería bueno estimular el retorno de la gente joven al campo. Cuarto, el ferrocarril podría abrir un mercado de más de 700 kilómetros desde Durán hasta el puerto de San Lorenzo. Los productores agrícolas a lo largo de la vía férrea son explotados por los transportistas, esto pone en peligro la seguridad alimentaria. Con el ferrocarril el productor llega al mercado de consumo con su precio de fomento y sustentación. Quinto, hay que hacer una rehabilitación pensando también en función de turismo, lo que conlleva a la venta de las artesanías indígenas y la gastronomía serrana. Usted apuesta al turismo y no se equivoca, al gran turismo que recorre América hay que engancharlo para presentarle nuestro paisaje andino. Las poblaciones serranas son lugares maravillosos de gente educada que sabe saludar, la ruta ferroviaria es lo más turístico que tiene Ecuador. Sexto, la rehabilitación del ferrocarril crearía una competencia con el transporte automotor.

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El sistema ferroviario podría bajar el costo de los alimentos en todo el país, aumentar la producción y sería el mejor aumento salarial que usted puede proponer. La rehabilitación del sistema sería una nueva revolución, el presidente que la ejecute le devolverá al país un momento de progreso de proporciones incalculables. (O)

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Rafael Mendoza Avilés, abogado, Guayaquil