Observo con preocupación cómo nuestro país ha cambiado, da impresión de ciencia ficción que rebosa los límites del equilibrio en el diario vivir. No es justo que dañen el sacrificio de generaciones anteriores —en dar sus mejores esfuerzos para dejar a sus descendencias un futuro promisorio en la tranquilidad, con valores y principios— malos ecuatorianos que han llevado la paz al colapso.

Es hora de exigir que autoridades cumplan con el rol que su función les da, dejar a un lado instintos perversos, la ambición; no son los dueños de la verdad, no hagan lo que les da la gana. Todos somos transeúntes sobre la Tierra, es nuestra responsabilidad dejar paz, confianza, que serán el norte a seguir de los que cojan la posta, lo que permitirá que Ecuador recupere buenas costumbres, tranquilidad, principios, valores. (O)

Colón Vicente Quiroz Ferruzola, jubilado, Guayaquil