Un año más con la delincuencia y los sicarios y los traficantes de drogas que entran y salen de las cárceles. Cogen a dos delincuentes, por suerte, y el historial de maldad es asombroso, pero andan libres por las calles manejando carros de alta gama con los vidrios negros, tienen permisos para movilizarse, pagan fianzas, consiguen recursos de habeas corpus, muy fácil.

El pobre ciudadano honrado que por desgracia atropella sin querer a un imprudente ciclista que se le atravesó, va preso en seguida a la cárcel donde están los bandidos más peligrosos comandando en prisión, con celular, música, trago. Al pobre ciudadano le cae la ley, pero a los delincuentes, corruptos, asesinos perversos, a esos les dan impunidad, y los que están presos, están ahí porque ese es su negocio de mandar en las cárceles. La situación de la inseguridad no ciudadana sino nacional no ha mejorado en nada. Ni las próximas autoridades que sean elegidas en las elecciones de febrero van a combatir contra la delincuencia, el narcotráfico, el consumo de drogas, los delitos. Ecuador es inseguro. (O)

Jaime Pincay, Durán