Ecuador es país problemático, palo porque boga y palo porque no boga. Hoy en día, la evasión de impuestos, las riquezas en paraísos fiscales; investigación de cientos de periodistas sobre los Pandora papers, ha dado lugar a que arribistas políticos quieran acabar con la democracia. Surgen las alianzas de ‘enemigos’ políticos; el resentimiento por no ser el preferido de los ciudadanos; la complicidad de asambleístas; las amenazas de un octubre del 2019. Desean provocar el gran caos en el país.

Los ecuatorianos lamentamos el proceder negativo de la oposición. El presidente del Ecuador tiene la obligación de demostrar con documentos si está inmerso o no en esta situación, los Pandora papers, y no dejar duda alguna; en caso contrario el pueblo perdería la esperanza de que el país tenga un mejor futuro. El Ejecutivo propone la reactivación económica, pagar a los acreedores, la compensación jubilar a los docentes, maestros con 70 y más años de edad; el Ejecutivo y su gabinete incumplen con lo que la Constitución establece, pagar la jubilación obligatoria de 70 años y cancelar de inmediato la compensación jubilar; por lógica, si los jubilados reciben el dinero reactivarán la economía, esto es pago a médicos por enfermedades de la vejez, emprendimiento para los hijos que no tienen trabajo, en fin. El circulante giraría en lo positivo del uso que se quiere dar. La proforma presupuestaria que proponen los políticos viene a ser lo mismo, pero con otras palabras. Basta de mentiras, impunidad, saqueos de fondos públicos. Recordemos las palabras de Ángela Merkel: “Los presidentes no heredan problemas, se supone que los conocen de antemano. Por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas”. En definitiva, debemos arrimar el hombro para salir adelante. (O)

Julia Magdalena Vergara Acosta, abogada, y doctora en Educación; Guayaquil