El 14 de junio se celebraron los 180 años de la cantonización de Vinces, también conocido como París chiquito. En la creación de este bello cantón y en el recorrer del tiempo forma parte de esta importante historia el sacerdote jesuita Isidoro Weinsa Vehinces de ahí su nombre. Él desvió un pequeño estero donde se vio algo mágico porque jamás se secó y esas aguas siguieron formándose en un gran caudal hasta convertirse en el maravilloso río que hasta el día de hoy acaricia, baña y toca delicadamente las tierras de este bello cantón. Así a las orillas de este río se formó lo que hoy es París chiquito.
Su relato es conocido por pertenecer a grandes e importantes momentos de la historia del Ecuador, por ser tierra bendita y muy productiva en todo el tiempo desde su creación hasta hoy, por tener hijos que han sobresalido en el campo agrario, económico, político, cultural, deportivo, educativo, turístico, y por ser tierra fecunda y bendecida de Dios.
Al celebrar un año más de cantonización es motivo para resaltar su encanto, belleza natural y su historia como hace algunos años lo hago.
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Hoy viene a mis recuerdos el caminar de una niña por el malecón y de pronto frente a ella se levanta un castillo hermoso deshabitado con una torre espectacular. Y desde ese momento empecé a visitarlo y a contemplarlo acrecentando los sueños de una niña.
Con el transcurso del tiempo de repente un cambio brusco ocurrió al leer un cartel que decía ‘Cárcel Municipal de Vinces’, los sueños terminaron para dar paso a la realidad, la reflexión y el conocimiento.
Vivimos realidades o soñamos momentos
Se habitó el castillo con personas entre rejas de mirada triste, pidiendo a las personas que pasábamos por ahí todo lo que necesitaban para su estadía , sentí mucha pena por ellos, pero pensaba a pesar de su encierro están en un bello castillo con mirada hacia el río que les calmaba su ansiedad y les permitía meditar, tomar conciencia de sus actos y cambiar, así cuando salgan sean hombres de fe, de buen accionar y formen parte de una sociedad de principios y valores.
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El tiempo continúa y actualmente llegó la noticia “se cerró la cárcel” a pedido de muchos ciudadanos. Así quedó el castillo patrimonial nuevamente en soledad como sucede en cada etapa de sus cambios como que se resiste a desaparecer y ahora vuelve imponente con el título que le corresponde por hechos, belleza y el tiempo es un ícono de nuestro cantón. Así en la alcaldía actual presidida por Alfonso Montalván se cumplió con el sueño de muchos vinceños que este castillo patrimonio sea Museo Cultural. Se lo reparó manteniendo sus estructuras y forma de tal manera que siga siendo el castillo con el mirador más bello existente. Desde su torre hay una magnífica vista para contemplar el río y sus alrededores.
Hoy el castillo es un centro cultural donde se cuenta la historia del cantón por medio de dibujos y pinturas, se dan cursos de música y se mantienen algunas partes de este castillo para no olvidar sus orígenes y su valía.
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Relatos como este llenan la historia de este maravilloso cantón, orgullo de su gente, siendo como recordatorio cuando te preguntan: ¿de dónde eres?, se responde “ciudadano vinceño soy”. Dios bendiga esta tierra.
¡Viva mi Vinces querido! (O)
Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente jubilada, Guayaquil