Se necesita de educación ciudadana (no botar basura en las vías), y de obras públicas de autoridades (fumigación, asfaltado y aseo de calles, veredas, buen sistema de alcantarillado), porque la acumulación de papeles, plásticos y agua en baches, y charcos de aceras, permite al mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, depositar ahí sus huevos.


Un virus emerge cuando alcanza a una población de seres humanos densamente poblada y está en condiciones de hacinamiento, polución, ausencia de servicios básicos, higiene, sistema sanitario y prevención en salud pública.

Estos factores humanos se suman a factores ecológicos: cambio climático que da lugar al brote de enfermedades virales endémicas transmitidas por artrópodos arbovirus (del inglés arthropod–borne–viruses). Los arbovirus se transmiten a los humanos mediante artrópodos (vectores), insectos hematófagos como el mosquito y la garrapata. Dentro de los miembros de esta familia de arbovirus, el de más importancia epidemiológica y causa más frecuente de fiebre hemorrágica en los países tropicales y subtropicales del planeta es el virus del dengue (DEN), que es un arbovirus que está dentro de la familia flaviviridae perteneciente al género flavivirus, junto a otros de estos como el virus de la fiebre amarilla, del Zika. Hoy se puede considerar al dengue como la enfermedad transmitida por un artrópodo (el mosquito Aedes aegypti) con mayor impacto en la salud pública de los países endémicos y con riesgo de epidemias. Cerca de 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de contraer dengue, ya hubo brotes en Bolivia y Perú en el primer trimestre de 2023. El cambio climático y las lluvias torrenciales e inundaciones y derrumbes aumentan no solo el dengue, sino la leptospirosis, malaria, las infecciones respiratorias agudas y enfermedades diarreicas. La hembra del Aedes aegypti coloca sus huevos en el agua, en ocho días cumplen el ciclo de vida de larva a pupa hasta convertirse en mosquitos voladores. El contagio está determinado por las condiciones del entorno donde habita el Aedes aegypti, zonas marginales muy pobladas carentes de tratamiento de aguas para el control de larvas del mosquito y campañas de educación. (O)

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Jaime Benites Solís, doctor en Medicina, Guayaquil