La delincuencia tiene al país asustado. Las personas no quieren salir de sus hogares y los emprendedores se retiran más temprano de sus labores.

Una persona me contaba que en el lugar donde vive, isla Trinitaria, son terribles las extorsiones (vacunas) y los asaltos, la situación de la gente es de zozobra, dice: “sabemos a la hora que salimos a trabajar, pero no estamos seguros si regresaremos vivos a casa”. Cierto es que son ‘guerras’ entre bandas, por territorios y muchas cumpliendo órdenes de carteles mexicanos. Pero van más allá, simplemente matan por matar, por paga, como los casos de femicidios, sin importarles si matan también a niños, ancianos que encuentren. También amedrentan en los barrios periféricos, con explosivos, balaceras, etc. Guayaquil es lamentable por los actos delictivos. La gente no quiere hablar, colaborar con la Policía por miedo que la descubran los delincuentes y narcos y los maten ‘por bocones’.

¿Qué hacen los asambleístas por las leyes contra los delincuentes?, se fueron de la Asamblea por vacaciones. Algunos se despidieron para candidatizarse para alcaldes, prefectos y otros puestos públicos. Justifican su decisión de participar en las elecciones seccionales del 2023 , indicando que así estarán más cerca de los ciudadanos para solucionar sus problemas. Nadie les cree.

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Además, esperamos que en las preguntas de la anunciada consulta popular, se otorgue a las fuerzas del orden actuar con sus armas en el uso progresivo de la fuerza al sentirse que sus vidas peligran. Que no se repita la sanción de la Corte del Chimborazo, de sentenciar con 13 años de cárcel a un policía que disparó a un delincuente cuando intentaba robarle a un niño; por cuanto así desalientan a policías, militares. El policía Olmedo merece que el presidente Lasso le conceda amnistía y lo libere de la cárcel. El pueblo está cansado de la inseguridad. (O)

Sucre Calderón Calderón, abogado, avenida Samborondón