Siempre esperamos momentos de crisis para expresarnos o inspirarnos, supongo que así se inspiran los artistas de toda índole, pero al menos le sacan provecho; y los ciudadanos escribimos cartas al director para desahogar y compartir frustraciones que pensamos que son nuestras pero son de todos.

Tengo 27 años y trato de ponerme al día con los más jóvenes. A mi edad, los miedos, sentimientos, presentimientos, las intuiciones se examinan gracias a la experiencia. Cosas que escuchaba cuando era más joven, no me importaba que me las dijeran, no servían sino cuando las experimenté; así de ‘irracionales’ somos con los consejos; aunque habrá excepciones del que aprende de los consejos y porque ve situaciones ajenas, pero la mayoría prefiere lanzarse al vacío para ver qué es estrellarse. Me hubiera gustado que me dijeran que no permita que no se valoren mis sentimientos, no aguante las tonterías y las indiscreciones de nadie. Trata a las personas como te gustaría ser tratado, no hagas daño a nadie. (O)

Ana Belén Santos Jordán, universitaria, Daule