Sin importar el resultado del híbrido entre consulta popular y referendo constitucional que se realizará el domingo 5 de febrero, opino que la factibilidad, aplicabilidad y contenido de muchas preguntas es un fracaso, ya que la simplificación y tergiversación de aspectos legales, sociales y políticos promovidos por las campañas y los discursos de ambos bandos del Gobierno y la oposición, han confundido a los electores.

La criminalización de críticos a la extradición y la propagación del resentimiento antes que de los argumentos y precedentes lógicos sobre la reducción de los asambleístas, no augura triunfo sino polarización. El obvio desconocimiento de las implicaciones jurídicas, políticas y estructurales de las preguntas (cuestionario), brinda una sensación de cambio que puede frustrarse ante el incumplimiento, a corto plazo. El dilema debe superar al sí o al no. Sin cambios estructurales, los resultados de la consulta se diluirán con el tiempo, debido a la complejidad de su aplicación. (O)

Mateo Fernando Oña Oña, 22 años, estudiante universitario de Relaciones Internacionales y Diplomacia; Quito