Muchas personas han decidido dar de baja su teléfono fijo o convencional, considerando que sus necesidades de comunicación están cubiertas con el celular. Sin embargo yo, pese a las críticas de mis amigas, considero al celular como un mal necesario y sigo aferrándome al antiguo sistema porque es más cómodo, se oye mejor, no se pierde, puedo escucharlo desde cualquier punto de mi casa y sobre todo porque se limita a cumplir la función para la que fue creado, que es la de hacer y recibir llamadas. Hasta hace poco, las pocas personas que me llaman habían comprendido que es allí donde debían llamar para recibir contestación, porque hay una altísima probabilidad de que el otro aparato esté apagado, descargado, sin sonido o simplemente olvidado en la mesa donde permanece mientras estoy en casa. Esto lamentablemente se ha ido al traste ante la absoluta inoperancia de CNT.

CNT: cancelación de línea telefónica

En el mes de junio, a mi regreso luego de algunas semanas de ausencia, encontré que mi teléfono no funcionaba. Me acerqué a una de las oficinas de dicha entidad, me atendieron exquisitamente y me informaron que había un daño grande en mi sector, que estaban trabajando para cambiar el sistema, que ya no funcionaría a base de cables, cuyo robo era la causa más frecuente de las interrupciones de servicio, pero que me registrarían para atención en un plazo no mayor a tres días. Crédulamente, a pesar de las burlas de una amiga que tenía ya cinco meses sin servicio, esperé en vano la visita del técnico y a las dos semanas reiteré mi solicitud de servicio. Esta vez sí recibí llamada del técnico al cuarto día, diciéndome que iba a revisar mi caso. Nunca lo vi ni se molestó en decirme nada más, así que lo llamé varias veces hasta que se dignó contestarme. Fui informada de que ya había reportado que la caja estaba saturada y no había nada que hacer. Cerró antes de que pudiera preguntarle cómo era posible que hubiera saturación de un servicio que tenía cada vez menos suscriptores, así que, harta de pagar por un servicio que no recibo y Dios sabe si recibiré algún día, decidí cancelar la línea apoyándome en la partida de defunción de quien constaba como su dueño.

Digamos “adiós” a la telefonía fija de CNT

Luego de varios intentos fallidos, que no vale la pena detallar, finalmente mi solicitud fue aceptada, pero la cancelación no será definitiva hasta que pague la facturación que se emitirá este mes, lo que no puedo hacer por intermedio del banco como he hecho por años, sino directamente donde ellos, lo que me parece un abuso y deseo premeditado de dificultar todo hasta el final. Me pregunto: cuando los pocos usuarios que les quedan sigan retirándose, ¿cómo van a mantener las lujosas oficinas que mantienen en los mejores centros comerciales?, ¿les bastará la venta de televisión por cable? Lo dudo, ya que es un terreno muy competido y hay plataformas mejores y con menores precios. Hasta el momento, el uso primordial de dichas oficinas parece ser cobrar la multa a los que no votaron.

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Ya que mencioné la televisión por cable, añado que también cancelé este servicio, pues mi proveedor abusivamente suspendió algunos canales. ¿No es esto ilegal? (O)

Dora Fassio Arzube, docente, Guayaquil