Desde un pequeño rincón de mi corazón añoro mi tierra, Vinces, conocida como París Chiquito, por eso escribo año tras año para exaltar, proclamar y honrar la grandeza de su historia fructífera como base para el presente y el futuro prometedor de tus hijos. Vinces cumplió 179 años de cantonización; fue declarado como tal el 14 de junio de 1845 por el Gobierno Provisorio de la Revolución Marcista.

Es un gran tiempo transcurrido de gloria y trabajo de tus hijos que llevaron a lejanos lugares el aroma de su cacao y el sabor del banano más rico del mundo, logrando ser en los actuales momentos una de las frutas más apetecidas y saludables.

Vinces: París chiquito

La tierra de la réplica de la torre Eiffel, la tierra del gran cacao de aroma, la tierra del banano desde donde sale nuestra fruta insigne de vida y salud celebra con alegría y orgullo de su gente la cantonización, su nacimiento surgiendo como estela de luz frente al río.

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En estas celebraciones flamea airosa la bandera compuesta de tres franjas horizontales, dos verdes y el amarillo en la franja central, ondeando desde el palacio municipal y la mayoría de entidades públicas y casas.

El color verde representa los campos, los pastos donde los sembríos puros a través del tiempo han sido su carta de presentación. Todos sabemos la historia y logros basados en tu tierra bendita acariciada por el río que hace una unión maravillosa de estos dos sistemas naturales para dar paso al más bello espectáculo y grandeza natural, los aromas se unen en ciertos lugares dando como resultado un perfume único que si se etiquetara se llamaría “París Chiquito”. El color amarillo simboliza la luz del sol y la brillantez del maizal que acaricia este bello rincón rioense, ver un atardecer desde el malecón es llenar nuestros sentidos de mágica belleza.

‘Crónicas urbanas de París Chiquito’

No hay ciudadanos más orgullosos de su tierra que los vinceños, por eso la celebración de su cantonización es todo un espectáculo lindo de contemplar, donde se unen todos los ciudadanos y muestran su generosidad para que sus hijos desfilen con las mejores galas y gallardía.

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Tenemos que seguir adelante por nuestros hijos y luchar con las mejores armas para alcanzar el progreso y desterrar la pobreza por medio de la educación y el trabajo para todos, que nadie se quede sin asistir a clases y que el trabajo sea fuente de esperanza. Es muy triste ver jóvenes muchas veces graduados y con expresión de tristeza por no poder llevar el pan de cada día a sus casas. (O)

Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente, Guayaquil