Resulta irónico que la realidad de las energías mal llamadas “limpias” o “renovables” sea lo contrario a lo que promociona y promete, ya que esa producción energética ni es limpia ni es renovable, en verdad todo es un millonario cuento que nos hace tanto daño a nosotros como a la misma naturaleza que dice proteger. Esto debido a que el hecho de fabricar, instalar y mantener una central de energía eólica, por ejemplo, es costoso y contaminante, esa misma producción de energía limpia producida a partir del aire contamina el mismo aire en la producción, transporte y mantenimiento de las turbinas, contamina sonora y visualmente, interrumpe el ciclo normal de algunos ecosistemas y, por si fuera poco, cada turbina da de baja a cientos de aves al año, sin contar que es una fuente de energía poco confiable gracias a su intermitencia y que no se puede almacenar.

(...) abriendo la mente, la energía nuclear es una solución amigable con el ambiente, es infinita y renovable...

Por otro lado, las hidroeléctricas erosionan todo a su alrededor matando la fauna y flora terrestre, afectando e impactando muy negativamente en el suelo aledaño. Además también impacta severamente el ciclo natural de las zonas posteriores, pues el contener el ciclo natural del agua afecta la cronología natural de los ecosistemas, causando sequías que también afectan a los humanos en algunos casos.

Que los apagones no se repitan año tras año

Entendiendo esto, y abriendo la mente, la energía nuclear es una solución amigable con el ambiente, es infinita y renovable, además con las tecnologías actuales, es baja la imposibilidad de un accidente. Simplificando todo solo necesitamos dos cosas: una central y agua, nada más, ya que esta funciona evaporando agua y con ese vapor a presión acciona una turbina que genera energía, con esto tendríamos electricidad para a todo el país, sin dañar a la naturaleza y con bajo costo. Si Ecuador no quiere apagones ni exportar energía, la energía nuclear es la respuesta. (O)

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Anthony Steven Ramia Mantilla, Tabacundo