El conocido refrán que dice “Cuando veas a tu vecino su barba rasurar, pon la tuya a remojar” es muy aplicable para las autoridades de nuestra ciudad, y por qué no del país, ante el lamentable siniestro suscitado en el vecino país del sur, Perú. Debido a la tragedia se ha podido comprobar que los controles realizados a la estructura del centro comercial donde ocurrió el incidente no fueron realizados adecuadamente o se esquivó su correcta realización con malas prácticas como la corrupción.

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Según lo demanda la técnica, las estructuras donde existe alta concurrencia deben ser evaluadas por profesionales por lo menos anualmente, y de detectarse fallas, estas deben ser reparadas inmediatamente, cosa que al parecer no habría ocurrido en el sitio de la lamentable tragedia, ya que según versiones, se ha determinado que existían fallas estructurales que no fueron corregidas oportunamente.

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En Guayaquil existen muchos de los denominados centros comerciales que tienen muchos años desde su construcción y que cuentan con una alta concurrencia de público. Ante las circunstancias cabe preguntarse: ¿se efectúa una evaluación anual de esas estructuras?, ¿existen planes de contingencia para enfrentar situaciones como la ocurrida en Perú? (O)

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Luis Vizuete Santos, ingeniero comercial y CPA, Guayaquil