La libertad es un derecho natural del hombre; perderla es desnaturalizarse; reconquistarla es redimirse. Es el mayor de los deberes en todo ser obligado a conservarla a su medida o a rescatarla en caso de ser usurpada por los campeones de la audacia y la violencia. La libertad es la fuerza vital que nos permite vivir, obrar y crear las premisas materiales y espirituales para el desarrollo de la sociedad.

El fuego de libertad para nosotros, los jipijapenses, se encendió el 15 de octubre de 1820, que consagró el día en que Jipijapa rompió para siempre el yugo del coloniaje español; obtuvo su independencia con el patriotismo de sus héroes que dieron ejemplos de solidaridad y espíritu de independencia. (O)

Esneyder Castro Salvatierra, docente, Jipijapa