Para la mayor parte de la población es conocido este refrán y, por ello, hoy en día hemos aprendido que lo mejor para estar bien es hacer el bien y que lo que hago, sea como producto o servicio, no solo debo hacerlo bien, sino perfecto, es decir, cero errores, nada de desperdicios o faltantes; y para que eso se dé tengo que prepararme para poder conseguir esos estándares de calidad y eficiencia que la empresa, las personas o el cliente me exigen.
Si manejo una empresa deberé rodearme de gente preparada, que me haya demostrado cualidades extraordinarias en el decir y diario quehacer; sin embargo, vemos que el Gobierno, que maneja el Estado, que es una empresa supergrande, nombra ministros que en poco tiempo no dan la talla, empezando por el Ministerio de Gobierno, que en dos años lleva seis nombres distintos. Lo peor de todo se acaba de hacer la semana pasada cuando se encargó el Ministerio de Salud a la vicepresidenta, quien estudió arte y diseño, tiene un masterado en administración de empresas y dentro de su hoja de vida se lee que su mayor experiencia es haber trabajado en una fábrica textil y en una casa de modas en el exterior. En un área que tiene que ver con la salud, ¿quién garantiza que su desempeño va a ser exitoso si el conocimiento en asuntos de medicina no aparece en ninguna parte?
Hace más de 3.400 años se escribió el Éxodo y se encuentra escrito en la Biblia. Se lee que Jetro, el suegro de Moisés, le aconsejó a este que eligiera hombres capaces para ser jefes sobre grupos de mil, cien, cincuenta y diez personas, quienes ayudarían a juzgar los casos más simples y así liberar a Moisés para que él se dedicara a lo más difícil.
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Por lo meteórico de cómo llegó al poder el actual presidente es entendible que ADN no tenga suficientes cuadros de personal idóneo; sin embargo, gente preparada sobra en la academia o en los colegios de profesionales en cada provincia del país, también de personas que han trabajado anteriormente en el Gobierno y mantienen una intachable hoja de vida; y, si no los encuentra, busque en la lista de los jubiladas, que con toda seguridad va a encontrar experiencia y sabiduría y que estarán atentos a recordarle y explicarle el refrán de “zapatero a tu zapato”. (O)
Enrique Aníbal Chalén Escalante, ingeniero comercial, Guayaquil





















