La creación del universo es una obra de ingeniería perfecta. No creo que sea producto de la casualidad, ni de una gran explosión que ocurrió hace millones de años, en una billonésima de segundo, que se expandió de manera colosal hasta el infinito y su avance no tendrá fin.

La naturaleza del Ecuador en riesgo

Estos números inmensurables son propios de la arrogancia humana aunque nunca hemos pisado otro planeta. A duras penas llegamos a la luna, pero no hemos vuelto en años. Muchos de los que vivieron el primer alunizaje de Neil Armstrong ya fallecieron.

En cambio, en la Antigua Grecia, Platón y Aristóteles se apoyaron en el razonamiento matemático para desarrollar sus filosofías. Pitágoras aseguró que los números le daban forma y orden al mundo, y su trigonometría sobre los triángulos rectángulos perdura hasta ahora. Arquímedes demostró que los cuerpos flotan en el agua porque reciben un empuje de abajo hacia arriba, igual al peso del líquido que desalojan. Con base en ese principio físico y matemático de hace aproximadamente 2.000 años flotan desde las canoas hasta los submarinos nucleares.

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¡Máxima velocidad!

Por eso, en el colegio seguí la especialidad Físico-Matemático para ser bachiller y después ingresé a la Facultad de Ciencias Matemáticas y Físicas de la Universidad de Guayaquil para ser ingeniero civil. Tuve grandes maestros en matemáticas y aprovecho para aplaudirlos, para ellos nuestra gratitud eterna.

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Lo bueno es que los números no mienten. Nos permiten determinar desde resultados electorales fraudulentos hasta medir nuestra presión arterial, peor ahora que anda medio disparada por las planillas de CNEL, que me está cobrando presuntas deudas de hace 20 años. (O)

Carlos Luis Hernández Bravo, ingeniero civil, Samborondón