No tenemos autoridades que demuestren la autoridad, el respeto al Ecuador, las ciudades adonde llegan extraños de otras tierras con malos antecedentes a caotizar el tránsito, disfrazados, protagonizando shows en las vías; a poner carretillas, ventas informales; a amenazar con cuchillos, pistolas a los ecuatorianos; a robar a los ciudadanos, traficar, realizar delitos con bandas nacionales, y hasta robarse espacios públicos para enfrentarse a balas y cuchillos entre bandas, y hacer sus necesidades no solo biológicas, sino de parejas.

Cierto gobierno innombrable botó a la Base de Manta del Ecuador, porque la atendían “gringos”, “extraños”; empero la Base Militar con elementos profesionales de Estados Unidos hizo mucho bien al Ecuador en el control del narcotráfico; el pueblo agradeció, el pueblo la extraña. Sin embargo, ese gobierno dejó abiertas las fronteras, no exigir visados a todos, liberación y amnistía a traficantes y mulas, y cualquiera ha venido con el paso del tiempo entrando al país, hasta guerrilleros como en el caso Angostura; estamos llenos de delincuencia, drogas, violencia, migración. (O)

Héctor Cedeño V., Guayaquil