Tengo a mi hijo de 3 años de edad en una guardería de la ciudad, y como madre de familia, lo que busco es seguridad, buen ambiente y personal capacitado.

Si bien es cierto que la guardería me ayuda demasiado, ya que puedo realizar mis demás actividades, estudios universitarios, etc., teniendo la certeza de que mi hijo está en buenas manos; existe un aspecto negativo sobre la salud de los niños, ya que cuando llevan a un niño enfermo es cuestión de días para que se enfermen todos. Es muy preocupante. Uno como madre trata de que sus hijos se encuentren bien y estén sanos. Sin embargo, a raíz de la pandemia de COVID–19 no podemos pensar como antes, que lo que tiene el niño es solo una gripe que ya va a pasar. Ahora ya no es así, nuestro sentido de alerta nos obliga a tomar muchas precauciones para contrarrestar una ‘gripe’ u otro virus.

Es importante tomar medidas de higiene y de cuidado personal desde la casa y en las guarderías, sino que si es posible podría ser una opción, no mandar a los niños enfermos, sino dejarlos con un familiar.

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Debemos entender que no solo nuestro hijo se encuentra en una guardería sino los hijos de todos quienes por alguna ocupación o por trabajo no pueden tenerlos en la casa y confiamos su integridad, cuidado mental y físico a guarderías. Dichas instituciones también deben tomar en cuenta los altos índices de enfermedades de los niños, ayudar con medidas de higiene personal, tal vez los departamentos médicos que establezcan parámetros donde dependiendo la enfermedad de los niños puedan distribuir espacios especiales para mantenerlos y a su vez eviten la propagación de la enfermedad a los demás niños. (O)

Mercedes Nicole Mayorga Delgado, madre de familia y estudiante universitaria, Guayaquil