Hoy parece que se trata de los que están confundidos y de los que quieren confundir. De los que aprecian el valor de la justicia, de los que respetan la justicia, de quienes manipulan la justicia y de quienes se aprovechan de la justicia.

Apoyo a la nación ecuatoriana

Entonces, ¿quién está en lo correcto?, ¿en quién confiamos?, ¿quién dice la verdad?

Irrelevante del poder inequívoco de nuestras convicciones, cuando realmente son nuestras y no adquiridas o sometidas, cada punto de vista es válido y en situaciones como las que vive el país por tomas de decisiones, para unos acertadas y para otros no tanto, lo importante es definir qué pueden aportar a nuestro entorno, cómo nos pueden renovar el mismo o cómo nos proveen soluciones que signifiquen una mejora a las condiciones por las que se presentaron.

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La confrontación sin resolución esencial de conflicto solo acarrea más problemas y de esos ya tenemos bastantes.

Que hay tratados que se deben respetar por honor, por compromiso y por alineamiento, probablemente sí. Que hay parámetros obsoletos que no van acordes a los tiempos que vivimos o acordes a la realidad mundial, también puede ser correcta esta afirmación. Pero entonces, ¿qué posición debemos apoyar?

El enésimo déspota

Creo que en cualquier caso cada uno es responsable de determinar la posición que adopte frente a conflictos como el actual entre México y Ecuador, considerando el hecho de que probablemente nadie posee la verdad absoluta y, aunque puedan parecer adecuada una u otra postura, al fin y al cabo, fuera de populismos y politiquerías, lo importante es entender qué provecho conlleva, sin doble moral, sin perspectivas de nacionalismo o provocaciones.

Gobierno de Andrés López Obrador tiene lista su denuncia contra Ecuador, del que espera una disculpa pública o, al contrario, pide su suspensión de la ONU

La confrontación sin resolución esencial de conflicto solo acarrea más problemas y de esos ya tenemos bastantes.

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Unos cuantos no siempre son las voces de la mayoría, pero son a quienes se eligieron para esas funciones y no se vale condenar o apoyar, solo por hacerlo, sino porque sabemos que realmente vale la pena hacerlo. (O)

Álex Torres Espinoza, Samborondón