Soy nacido casi a mitad del siglo anterior y puedo opinar con propiedad de la vida.

En mi niñez y adolescencia era imponente ver en los muelles las embarcaciones de gran calado que hacían viajes internacionales a los Estados Unidos; por lo que deduzco que el río Guayas tenía mucha profundidad. Se cruzaba el río en gabarra y, de lo que recuerdo, las olas movían la gabarra estando llena de vehículos. Faltando pocos años para terminar ese siglo, se escuchaba la necesidad de dragar el río que ya no permitía la navegación de buques de gran calado. Sin temor a equivocarme, escribí una carta a Diario EL UNIVERSO hace 20 años con el título ‘Salvemos el río’; igual lo hice hace dos años y las autoridades han leído poco porque no realizaron la obra importante de los dragados, puesto que los ríos de esta parte de la región Costa a través del río Guayas llevan sus aguas al mar. Escuché noticias de un canal de televisión, en los últimos días, que la autoridad competente decía que comenzó el dragado del río Guayas. Ojalá cumpla y logre terminar los trabajos de dragados para beneficio de Ecuador. (O)

Colón Vicente Quiroz Ferruzola, jubilado, Guayaquil