Durante más de 35 años laboré como administrativa y docente y me jubilé en el 2014 esperando el pago de mi jubilación complementaria. Envié al rectorado de la Universidad de Guayaquil, en la cual trabajé, oficios para solicitar este pago, sin tener respuestas.

Un grupo de jubilados no hemos recibido un centavo de nuestra jubilación complementaria, convirtiéndonos en marginados. Es difícil comprender el motivo del discrimen a la tercera edad; es incompresible que una institución que se valora por su pensamiento científico y humano pueda marginar a un grupo de sus jubilados, seleccionando a quién sí paga y a quién no, siendo esto inadmisible desde el punto de vista ético y moral. Solicitamos al rector de la Universidad de Guayaquil, institución del Estado, que ordene a quien corresponda dar trato igualitario a todos sus jubilados y pagar a todos por igual, los valores, dineros, que nos corresponden. Recuerde que la Constitución en el título II de Derechos dice: “Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia… ni por cualquier otra distinción personal o colectiva, temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. La ley sancionará toda forma de discriminación. El Estado adoptará medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real en favor de los titulares de los derechos que se encuentren en situación de desigualdad”. (O)

Gloria López Calero, jubilada, Guayaquil