Quiero dedicar estas líneas a todos aquellos que en esta crisis política, económica y de seguridad han cerrado sus negocios, el fruto de sus esfuerzos, trabajos. En medio del dolor y la impotencia quiero darles un abrazo de fuerza, empatía y ánimo, porque mientras tengan vida y ese fuego siga ardiendo, empiezan de nuevo con más fuerza. Son valientes y nos inspiran a seguir luchando por nuestros sueños.

Deciden hacer patria en su país, creyendo fervientemente en su progreso. Se levantan con la ilusión de mejorar la vida de la gente, no solo de sus clientes a través de la entrega de bienes y servicios, sino de sus trabajadores y familias. Todos los días luchan con sus propios miedos al fracaso de cerrar, no poder cumplir con sus obligaciones y más.

Ecuador está pasando por momentos muy difíciles que afecta a todos los ecuatorianos, incrementan el desempleo y la pobreza.

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Insto a los gobiernos central y locales a brindar las garantías necesarias dentro de sus competencias para facilitar el desarrollo, garantizar la seguridad del Estado, la seguridad jurídica y la estabilidad política. El Gobierno debe convertirse en un aliado estratégico, no en un obstáculo para el trabajo de los empresarios, dueños de negocios, en medio de la crisis, hago un llamado a la condonación de impuestos, intereses, alivie la carga de las pequeñas y medianas empresas. Cada vez que se cierra un negocio, no solo pierde el empresario, emprendedor, perdemos todos, se afecta la economía, incrementa el desempleo, se agudiza la pobreza; al final del día estamos en una gran cadena donde todos necesitamos de los unos y los otros para desarrollarnos. Invito a todos los sectores públicos, privados, a colaborar en un acuerdo nacional que si todos nos unimos, podemos evitar la muerte de nuestros sueños. (O)

Eliana Génesis Mejía Reasco, abogada, Guayaquil