¿Qué tal si mañana los ecuatorianos son sorprendidos con el anuncio de un paro nacional de profesores, liderados por la UNE, porque quieren confirmar su compromiso vital, preparar y entregar al país estudiantes de calidad superior, solo comparados con los que ocupan los primeros lugares? ¿Y que los transportistas públicos cuentan que, desde ahora y para siempre, ofrecerán un excelente servicio a sus usuarios, con vehículos en perfecto estado y cero accidentes?

El trabajo y la inclusión

O, también, por qué no, ¿qué tal si los trabajadores y profesionales de la salud pública y del IESS se toman las calles para revelar su determinación de poner a funcionar la red hospitalaria a su máximo posible y eliminar para siempre la corrupción en este sector?

Tendencias del momento

O, asimismo, ¿que tal si los miembros de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y otras instituciones relacionadas, se declaran en momento permanente de unción cívica, para que la población esté segura de que su trabajo será inmaculado, que los malos elementos no serán parte de sus filas y que ha sido erradicada toda posibilidad de complicidad y encubrimiento de delitos?

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Modernización del sistema electoral ecuatoriano

Y para el entusiasmo general, ¿que tal si los delincuentes confiesan sus corruptelas, se disculpan y se comprometen, de por vida, a no evadir el pago de impuestos, repartir correctamente las utilidades, respetar a los trabajadores y renunciar al perdón de sus deudas con el fisco y con la banca pública?

El modelo económico en jaque

¿O qué tal si los dirigentes de las organizaciones gremiales, indígenas, campesinos, trabajadores, convocan a la gran huelga nacional contra la minería ilegal, el contrabando de combustibles, los voraces contratos colectivos, la destrucción de las ciudades, los cierres de carreteras, los sabotajes a servicios públicos, la negligencia e insensibilidad burocrática?

Un Ecuador diferente y exitoso sí es posible. (O)

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Jorge A. Gallardo Moscoso, Samborondón