En tiempo acelerado y algo desquiciado nos encontramos con la expectativa de seguir respirando o que nuestros corazones dejen de latir. ¿Y si al salir ya no regresamos, si al levantarnos ya no nos volvemos a acostar, no volver a escuchar a nuestros papás, hermanos?

Gritos desesperados, desconsolados, murmullos de gente y miradas a cuerpos que ya no pueden moverse, en el suelo. El peligro está aquí. Ciertas persona llenas de odio contratan a otras por dinero para matar, buscan vengarse, destruir. Tienen rencores, fanatismos que quieren quedar como “mejores acabando vidas”.

El alma de las familias de los fallecidos divaga buscando justicia sin poder comprender la violencia. La Biblia dice que los últimos tiempos el amor de muchas personas se enfriará, ¿a dónde vamos a llegar?, el amor es al dinero por esa razón el mundo está lleno de maldad. No sabemos cuándo será la última vez que volvamos a ver a un familiar, compañero, ahora la muerte no es natural, la muerte es anunciada por personas que solo buscan acabar la vida. (O)

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Jazmín Abigail Guamán Serrano, licenciada en Ciencias de la Comunicación, Guayaquil